Sábado 20 de abril de 2019, p. 27
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) elabora el censo agropecuario mundial 2020, el mayor ejercicio de esta índole realizado hasta ahora en este rubro.
Este informe global se construye con base en información de censos nacionales desarrollados por cada país a nivel de las fincas, que es la fuente más confiable y completa de información sobre los recursos y estado del sector agropecuario a nivel global
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Con este instrumento se podrá saber qué se cultiva en cada país, cuál es el tamaño promedio de las fincas, cuántas cabezas de ganado existen, cómo se usan los suelos y qué técnicas utiliza el sector agropecuario
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Ante ello la oficina regional de la FAO se prepara para el mayor censo agropecuario a nivel global
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El organismo de la ONU expuso que conocer toda esa información es clave
, porque permite que los gobiernos creen políticas públicas basadas en evidencia; que los privados tomen decisiones de inversión; que los pequeños agricultores conozcan el estado del sector al que pertenecen, y permite evaluar el impacto ambiental del sector agropecuario
, entre muchas otras cosas.
Pero recabar los datos del censo de manera eficiente requiere conocer las últimas metodologías empleadas a nivel global.
Taller en la Flacso sobre nuevas directrices
Por ello, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-Chile), el Banco Interamericano de Desarrollo y la FAO realizarán un taller sobre las nuevas directrices del Programa Mundial del Censo Agropecuario 2020 de la FAO.
Estas directrices ayudan a los Estados a armonizar los resultados del censo y hacerlos comparables internacionalmente, pero también permiten a los países comparar su desempeño con otras naciones.
El taller se desarrollará en la Flacso entre el 22 y 26 de abril, y contará con la participación de 27 especialistas de 18 países de América Latina y Canadá.
Según la FAO, el programa mundial del censo agropecuario es la fuente más importante y completa de información sobre la agricultura, sus usos son múltiples y de largo alcance. Ayudan a los gobiernos y organizaciones a orientar los recursos de manera más efectiva y a planificar mejor en los próximos años.
Entre muchos otros, generará datos sobre los impactos ambientales de las prácticas agropecuarias. Ello hará posible analizar las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero, algo clave para enfrentar el cambio climático.