Veracruz. A finales de este año, las secretarías de Marina-Armada de México (Semar) y de la Defensa Nacional (Sedena) contarán con radares de manufactura mexicana para aumentar la vigilancia aérea en las fronteras, instalaciones estratégicas, detectar trayectos de aviones y ubicación de pistas clandestinas.

El Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Armada de México (Inidetam) se encuentra en la última etapa del proyecto Tzinacan (murciélago), dispositivo que consta de dos antenas para la vigilancia del espacio aéreo y que será entregado a finales del mes de octubre.

La Semar lo utilizará para tener mayor control en sus zonas, sectores, regiones y fuerzas navales, así como en regiones estratégicas como la sonda de Campeche y en un futuro también podría ser utilizado para la central nucleoeléctrica en Laguna Verde.

Por otra parte, la Sedena empleará la antena para tener un control en el espacio aéreo de las fronteras sur y norte para detectar aviones que no se encuentran en una aerovía autorizada y ubicar hasta su aterrizaje; con ello se podrían saber los sitios en los que se encuentran pistas clandestinas.

El capitán de navío Juan Francisco Robles Camacho, director de investigación y desarrollo en sistemas de comunicaciones y detección, explicó que el proyecto Tzinacan se realiza en cooperación con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Sedena, con la finalidad de contar con su propia tecnología en radares.

El proyecto tiene una duración de cuatro años, estamos en el último. Tenemos que entregar dos sistemas de radar, uno para la Sedena y otro para la Semar. Está en la fase de construcción final de la estructura. Con ello, se generó por primera vez la tecnología de radar de radiofrecuencia y procesamiento de la señal con ingenieros civiles y militares, dijo Robles Camacho durante un recorrido en el Inidetam ubicado en Veracruz. Con los radares podrán detectar los aviones incluso cuando éstos no tengan transpondedor (dispositivo para conocer la posición y altitud), y dar un seguimiento para tener toda la información en sus sistemas tácticos y operacionales e inmediatamente podrán hacer la intersección o el rastreo del blanco de interés.

Los sistemas a entregar alcanzan una cobertura de 80 kilómetros, pero en un futuro buscarán fabricar uno con una cobertura de hasta 400 kilómetros. En México no había esta clase de desarrollo. Es el primero en radares de esa magnitud que se realiza en el país y que ayudará a tener una independencia tecnológica del exterior, mencionó. Por otra parte, el capitán de corbeta de Servicio de Ingeniero de la Armada, Santos Martín López Estrada, responsable técnico del proyecto Tzinacan, puntualizó que con la tecnología de punta que se está empleando podrán conocer la posición de los aviones aun cuando no tengan encendido el transpondedor.

Se manda al espacio una señal electromagnética, rebota y regresa. Se aplican algunos algoritmos y lo que obtenemos son los indicadores de aeronaves: dónde se encuentra, a qué altitud y cuál es su ruta. El radar tiene capacidades de verlo en vuelo y hasta el aterrizaje, mencionó López Estrada luego de aclarar que eso también ayudará a ubicar pistas clandestinas.