En la celebración de la misa crismal, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López, se sumó a los dichos del papa emérito Benedicto XVI, al destacar que en gran parte los abusos sexuales de los clérigos contra menores de edad se deben a la tibieza con que se celebra la eucaristía, cuando se pierde la mística y lo espiritual.

Cuando Dios deja de ser el centro de la vida puede todo deslavarse, aguadarse, dijo ayer en su sermón pronunciado en Monterrey, donde es arzobispo. Al mismo tiempo, pidió a los prelados mantener vivo el amor por su Iglesia.

Cabrera López hizo referencia a la carta que difundió Benedicto XVI el 11 de abril pasado en la que señaló que los escándalos de pederastia clerical son resultado de la revolución sexual que surgió en la década de los años 60 del siglo pasado.

En tanto, la Arquidiócesis de México informó que para la misa de la Cena del Señor, que se celebrará hoy por la tarde en la Catedral Metropolitana, el cardenal Carlos Aguiar Retes lavará los pies a 12 presos del Reclusorio Oriente.

También se alistan los preparativos para representar la Pasión de Cristo por parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano, la cual se realizará el próximo viernes a las 10 de la mañana en el atrio de la Catedral Metropolitana.

Evolucionó la vigilia

Especialistas señalaron que las prácticas de la Semana Santa como el ayuno, permanecer en oración y llevar un régimen estricto y austero, de privaciones y retiro, poco a poco han perdido presencia, sobre todo en los hogares de las grandes ciudades, todo debido a la diversidad y transformación católica.

El Centro Católico Multimedial expuso que la década pasada muestra cómo han variado las costumbres de los ritos en esta conmemoración, su importancia en la vida temporal y trascendencia espiritual y, en el fondo, la percepción de las personas en relación con su identidad católica.

Felipe Gaytán, investigador de la Universidad La Salle, recordó que estudios arrojan que apenas 35 por ciento de los fieles sigue los preceptos de la Iglesia, mientras el resto los vive a su manera.