La Habana. Nadie va a arrebatarnos, ni por la seducción ni por la fuerza, la patria que los padres ganaron de pie. Los cubanos no nos rendimos, proclamó éste miércoles el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, al condenar la decisión del gobierno de Donald Trump de activar el título tercero de la Ley Helms-Burton, que al permitir que se presenten demandas en Estados Unidos por el uso de propiedades confiscadas luego del triunfo de la revolución de 1959, recrudece el bloqueo contra la isla.

La cancillería de Cuba afirmó que la Ley Helms-Burton es inaplicable de acuerdo con la legislación de la isla. En su cuenta de Twitter, recordó que en 1996, el mismo año en que entró en vigor la Helms-Burton, el país caribeño aprobó la Ley 80 de Reafirmación de la Dignidad y Soberanía Cubanas.

Esa legislación declara ilícita la legislación estadunidense, y la considera sin valor ni efecto jurídico alguno, además de que anula toda reclamación amparada en ella por parte de persona natural o jurídica, de cualquier ciudadanía o nacionalidad, añadió la cancillería.

La Helms-Burton da a los ciudadanos estadunidenses la posibilidad de presentar demandas en cortes federales contra quienes trafiquen con propiedades confiscadas, y extiende esa autorización a propietarios que no poseían ciudadanía de Estados Unidos al momento de las nacionalizaciones.

Bruno Rodríguez, canciller cubano, tuiteó desde Madrid: “Medidas de bloqueo anunciadas por #EU dañan a las familias cubanas, la emigración y a los ciudadanos estadunidenses. Agreden la soberanía de todos los estados. El gobierno estadunidense los toma como rehenes de su política anticubana, monroísta y macartista. Remember Girón.”

El principal efecto que busca la administración Trump es desalentar la inversión extranjera en Cuba. Busca que un empresario diga: bueno, en vez de invertir en La Habana, voy a invertir en Punta Cana (República Dominicana), explicó el embajador de la Unión Europea en la isla, Alberto Navarro.

Luego de algunas semanas amenazando con activar la norma, se apreciaba un fuerte nerviosismo entre inversionistas presentes o aquellos que desean invertir en la isla, indicaron fuentes diplomáticas a la agencia Afp.

La isla tiene a la inversión extranjera como prioridad para desarrollar su economía. En 2017, el país captó apenas 2 mil millones de dólares en inversiones, lejos de los 5 mil millones que necesita para impulsar su crecimiento.