El Congreso de Yucatán rechazó este miércoles, con 15 votos en contra y nueve a favor, emitidos en secreto, la iniciativa de reformas constitucionales para legalizar el matrimonio igualitario en la entidad, que el martes había sido aprobada en comisiones.

Grupos a favor y en contra de la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo llegaron ayer muy temprano al recinto legislativo, y cada uno incurrió en provocaciones, aunque no pasaron de palabras y gritos.

Los opositores a la iniciativa rezaron, lo que repudiaron activistas como Adelaida Salas, quien consideró que se violentó el Estado laico al permitir un acto religioso en un edificio público.

La diputada panista Katia Bolio Pinelo, quien votó en pro de los derechos de la comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual en 2017 cuando fue diputada federal, fue la única de los 25 legisladores que ayer no acudió al pleno.

La mesa directiva optó –aunque no está previsto en el reglamento– por ocultar los nombres de los legisladores y el sentido de su voto. Sin embargo, el peso mayoritario de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), al cual pertenece el gobernador Mauricio Vila Dosal, decidió el sentido del voto. Posteriormente se supo que dos de los nueve votos a favor fueron de legisladoras del tricolor.

La polémica ocupó buena parte de la sesión, sobre todo por los reproches de las diputadas de Movimiento Ciudadano Silvia López y Milagros Romero contra la decisión de la mesa directiva de ocultar el sentido del sufragio de cada diputado mediante una votación en una urna, en vez de levantar la mano desde la curul.

Al pasar a votar en secreto, la diputada panista Rosa Adriana Díaz Lizama gritó: ¡En contra!, mientras su homóloga Fátima Perera, de Morena, exclamó: ¡A favor!

Al dar a conocer el sentido de la votación, el priísta Enrique Castillo, presidente de la mesa directiva, se equivocó y dijo que el sí había ganado con 15 votos. Nervioso, intentó corregir y volvió a equivocarse. Rectificó y a las 13:30 horas declaró que se desechaba el dictamen, entre el júbilo de los grupos que rechazaban el matrimonio igualitario.