En América Latina, una tercera parte de la población enfrenta serias barreras de acceso a servicios de salud, alertó la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, quien advirtió –en el contexto del lanzamiento del Informe de la Comisión de Alto Nivel de Salud– que alcanzar la universalidad no es posible si no podemos enfrentar la desigualdad social.

Etienne aseveró que el reto principal es revertir el rezago de atención a la salud de la población derivado, entre otros factores, de crisis económicas y programas de ajustes estructurales que han impuesto a los países muchísimos problemas. Superar las barreras de acceso requiere escuchar las voces de quienes han sido marginados y viven en condiciones extremadamente difíciles debido a las inequidades sociales.

En Palacio Nacional, ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario general adjunto de la Organización de Estados Americanos, Néstor Méndez, aseveró que en la región 186 millones de personas aún viven debajo de la línea de la pobreza. Además, cuatro de cada 10 hogares se encuentran en condición de vulnerabilidad económica.

Subrayó que los estados tienen el deber ineluble de asegurar el cumplimiento del derecho a la salud de toda la población. Méndez destacó que para los países latinoamericanos es estratégico fortalecer y reposicionar la salud pública como condición necesaria e indispensable para transformar sus sistemas sanitarios en línea con las necesidades reales de la población.

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, consideró que a pesar de que hay avances, aún son insuficientes para revertir una situación que golpea principalmente a la población rural, mujeres, niños, grupos indígenas y discapacitados.

Informó que el déficit de acceso a la salud de 30 por ciento obedece principalmente a las barreras financieras, pues existe disparidad sustancial entre el norte y el sur de América: en el primer caso se invierte 8 por ciento del producto interno bruto, y en el sur es la mitad.

¿Basta con declarar que la salud es un derecho universal? Por supuesto que no, aseveró Bachelet, quien añadió que el informe propone conferir un rol central a la atención primaria, para evitar que las políticas se centren en la atención a la enfermedad para incidir más en la prevención.