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¿El fin de la vaquita marina?
L

a organización Sea Shepherd la fundó en 1977 Paul Watson para proteger la vida silvestre y los hábitats marinos. Se distingue por su defensa de la vaquita marina y el pez totoaba en el Mar de Cortés. Desde el 28 de marzo pasado, esa organización ocupa la atención de los medios y la ciudadanía pues, gracias a un dron, muestra el momento en que pescadores ilegales extraen del mar una red con ejemplares de totoaba y atacan al barco de la Sea Shepherd, que lucha especialmente contra los depredadores de ambas especies.

Gracias al dron se ve cómo a los pescadores los persiguen elementos de la Secretaría de Marina, operación que se extendió del mar a la comunidad de San Felipe, Baja California. Resultaron heridas tres personas, entre ellas, ­En­rique García Sandez, alías El Kiki, ex ins­pector de la Procuraduría ­Fe­de­ral de Protección al Ambiente, dedicado al tráfico ilegal del buche de totoaba. Decenas de compañeros de El Kiki lanzaron piedras y proyectiles contra el sector naval y los marinos; además quemaron vehículos, embarcaciones y redes decomisadas.

La totoaba llega a pesar 150 kilos. Es codiciada porque su buche se vende en miles de dólares en el mercado chino, so pretexto de tener propiedades medicinales. En las redes ilegales para capturarla queda atrapada la vaquita, cetáceo del que quedan unos 20 ­ejemplares.

En el noticiario que dirige en W Radio, Carlos Loret de Mola narró la forma de operar del cártel de la totoaba. Acusó a Óscar Parra Aispuro El Parra, de ser su jefe. Por ello Loret de Mola recibió amenazas. Sunshine Rodríguez, uno de los operadores de El Parra, las negó, pero aclaró que debe aprender a comer con popote, porque los dientes sí se los voy a tumbar. Rodríguez también amenazó al doctor Lorenzo Rojas, jefe de la oficina de Mamíferos Marinos de Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, y quien encabeza del rescate de la vaquita.

Los pescadores de San Felipe que se dedicaban a la captura legal de curvina, chano, camarones y otras especies, tienen prohibido ingresar al mar desde 2015, cuando el gobierno federal decretó una veda para proteger a la vaquita. Para ellos, la veda aumentó la presencia de los traficantes de totoaba, la cocaína del Mar de Cortés. El control que ejercen los traficantes ha creado severos problemas a los pescadores que trabajan dentro de la legalidad.

El doctor Horacio de la Cueva, quien labora en el Centro de Investigaciones de Ensenada, afirma que el gobierno federal es responsable de la protección de los mamíferos marinos, garantizar una pesca sustentable de la totoaba y evitar la desaparición de la vaquita. Pero que ni las secretarías del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Gobernación, Agricultura y Pesca, y Marina han logrado crear las bases para garantizar la pesca sustentable y la biodiversidad que existe en dicha región. A ello suma la corrupción de las instancias que manejan los recursos destinados a crear alternativas de empleo a quienes viven del mar a fin de que eviten la pesca irracional y no caigan en las redes de los traficantes de fauna marina.

De la Cueva concuerda con el grupo de especialistas que pidió recientemente al gobierno mexicano tomar medidas extremas a fin de eliminar la pesca ilegal en el área donde se hallan las últimas vaquitas. La principal es remover cualquier red ilegal, particularmente durante la temporada de pesca de totoaba. Ello implica vigilancia permanente a fin de detectar dichas redes, proceder a retirarlas de inmediato y consignar a quienes las colocan.

Cabe señalar que fue inútil el programa para reproducir vaquita en cautiverio. La única adulta capturada para tal fin murió por estrés. Se le hizo la necropsia y se tomaron muestras de tejido. El anterior titular de la secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pachianno, tuvo la ocurrencia de proponer tomar muestras de un macho (indistinguible en campo) para que existieran un par en el criozoológico (muestras de tejidos de animales congeladas) para clonarlas y reproducirlas en el futuro.

La vaquita está a punto de desaparecer para siempre del planeta. ¿Hacen las actuales instancias oficiales lo necesario para evitarlo?