En el contexto de la era digital, el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, advirtió que uno de los desafíos de la democracia es no subordinarla a las dinámicas de las redes sociales sin ejercer prácticas como la censura.

Al clausurar la novena edición del Foro de la Democracia Latinoamericana, Córdova insistió en que las comunicación digital, si se emplea con responsabilidad ayuda, sin embargo, no traen consigo la democracia en automático.

Expuso también que todos los ámbitos de la vida pública y privada en el mundo están involucrados en la vertiginosa y cambiante dinámica de la era digital; el uso de las plataformas informáticas por parte de partidos y autoridades; la facilidad que tienen para distorsionar imágenes y noticias y la forma en las redes sociales pueden contribuir a posicionar, o bien, minar a instituciones así como actores políticos.

Ello, agregó, se traduce en desafíos transversales que impactan la vida pública y la organización de las elecciones en el orbe.

Indicó que para tener credibilidad en un entorno en que las audiencias se han atomizado y las redes inhiben, en muchos casos, la medición de las organizaciones tradicionales, como los partidos políticos, es indispensable la autonomía e independencia de las instituciones públicas, en particular las electorales.

Ello también con el fin de atemperar el encono mediante hechos verificados y un discurso responsable. Más allá del uso intensivo de las redes, es la imparcialidad y la fortaleza de la institucionalidad democrática, la electoral en primera instancia, lo que permite que las elecciones cumplan su poder civilizatorio, dijo.

Acompañado por el secretario para el Fortalecimiento de la Democracia de la Organización de Estados Americanos (OEA), Francisco Guerrero, y del presidente de la Comisión de Venecia, Gianni Buquicchio; el consejero presidente del INE declaró que parafraseando: benditas redes sociales, pero a la vez, atención con las malditas redes sociales.

Ello, toda vez que –dijo– un debate democrático supone responsabilidades para quienes intervienen en él y necesita que sus interlocutores asuman responsabilidades, sin embargo, las redes sociales invariablemente las diluyen.

Asimismo abundó en que la recreación de la democracia en la era digital debe apostar por la libertad de expresión en las redes, así como por la corresponsabilidad de la sociedad y de los medios de información, en lugar de criminalizar la participación.