Debido a la presencia del crimen organizado en diversas zonas, personal de la Procuraduría Agraria (PA) ha tenido problemas para ingresar a los núcleos del campo, reconoció el titular de la dependencia, Luis Hernández Palacios Mirón.

Hemos sabido anecdóticamente de casos donde han secuestrado a personal de la Procuraduría Agraria creyendo que traían las listas de Procampo, para saber cuáles eran los destinatarios de los recursos y poder cobrarles el derecho de piso. Afortunadamente, los compañeros plagiados no tenían esas listas y después de que convencieron a sus captores de eso no tuvieron problema alguno; por eso nos enteramos de esa práctica.

Detalló que eso ocurrió el año pasado en Tamaulipas, donde hay algunas zonas en las que sólo con autorización de quienes controlan el territorio del crimen organizado se permite el ingreso del personal de la procuraduría para que realice sus actividades, subrayó.

Tienen identificados a los trabajadores y saben que realizan acciones en beneficio de los núcleos, como en Durango, Coahuila y Tamaulipas.

También habló del problema que hay en Guerrero, donde el tema es muy complejo, por la siembra de amapola y el hecho de que los criminales obligan a los campesinos a rentar sus tierras para ese cultivo.

En Guerrero amenazan a los ejidatarios o comuneros para que siembren amapola o renten sus parcelas (...) no es cierto que lo hagan porque son muy altos los beneficios que obtienen; la mayor parte de las veces es por amagos, y lo que reciben a cambio del cultivo es muy poco.

Hernández Palacios Mirón consideró que “la recuperación del territorio tiene que darse mediante un programa integral en el que participen las dependencias encargadas de la seguridad interior, unido a proyectos productivos que den beneficios a los campesinos.

Si existen condiciones de seguridad y propuestas efectivas de apoyo del gobierno, creemos que este tema puede subsanarse, consideró.

En conferencia de prensa, dijo que más de tres décadas de políticas neoliberales en el agro y el abandono del sector abonó el camino a la delincuencia en el campo, la cual ha ocupado el territorio para cultivos ilícitos o tiene control de regiones donde establece sus políticas de extorsión.

Detalló que los cultivos ilícitos se dan en Guerrero y Michoacán, e indudablemente el Triángulo Dorado: una parte de Durango, Tamaulipas y, de manera más reciente, una parte en Veracruz”. Apuntó que en el caso de Guerrero el tema no es exclusivo de los cultivos ilícitos. Está toda la parte de la seguridad, pero también la de conflictos sociales, uno de cuyos componentes es el agrario.