Seis mil entregas diarias de la industria maquiladora –casi la mitad de mercancías que transitan por los puentes internacionales de Ciudad Juárez hacia El Paso, Texas– quedan varadas y las pérdidas se calculan en unos 180 millones de dólares, señaló el alcalde de esta urbe, Armando Cabada Alvídrez, quien reiteró su solicitud de ayuda al gobierno federal con el propósito de atender la crisis migratoria.

Mario Dena, titular de la representación del gobierno de Chihuahua en Ciudad Juárez, dijo que el sector industrial manufacturero desde el inicio de la contingencia, el viernes pasado, pierde más de 120 mil dólares por minuto en las áreas de ensamble con el retraso, que ayer fue hasta de 12 horas para el transporte de carga.

Señaló que personal a su cargo recauda información sobre las pérdidas económicas y será enviada al canciller Marcelo Ebrard para que vea la magnitud del problema.

Ante empresarios y el cónsul de Estados Unidos en Juárez, John Tavenner, el gobernador Javier Corral anunció que junto con el ayuntamiento de Juárez empezará un programa de repatriación voluntaria y en condiciones seguras y humanitarias para los centroamericanos que no consiguen obtener asilo en el país del norte.

La migración, dijo Corral, es el fondo del problema en el cierre de los puentes internacionales y los retrasos en la aduana estadunidense se generan para presionar al gobierno mexicano a que detenga la llegada de centroamericanos.

Del otro lado de la frontera, unos 100 militares estadunidenses colocaron tubos metálicos y alambre con cuchillas en el cauce de concreto del río Bravo, en la zona centro de la frontera entre Juárez y El Paso, con la finalidad de disuadir a migrantes centroamericanos que cruzan el río y se acercan al muro para solicitar refugio.

En tanto, Jaime Campos Castuera, director de Industria de la Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico estatal, explicó que autoridades de Estados Unidos le informaron que la Agencia de Seguridad Nacional autorizó el envío de mil agentes de la Patrulla Fronteriza hacia El Paso para atender la crisis migratoria.

Las demoras en la revisión, por la reubicación de 750 inspectores aduanales, también afectan a unos 65 mil estudiantes y ciudadanos estadunidenses que viven en Juárez y realizan actividades en El Paso.

Del lado de Baja California, la espera para ingresar a Estados Unidos por la zona de exportación de la garita de Otay se convierte en tormento para los choferes que tardan entre siete y ocho horas.

En Tamaulipas, la Cámara Nacional de Transporte reportó que los tractocamiones con mercancía de exportación tardan hasta ocho horas para cruzar de Nuevo Laredo a Laredo, Texas, pero la Oficina de Operaciones de Campos de Aduanas y Protección Fronteriza señaló que el tiempo de cruce en los ocho puertos de entrada de Laredo Field Office es de cuatro horas.

Gary Pedraza, de la Asociación de Agentes Aduanales de Nuevo Laredo, confirmó que el puente del comercio mundial procesa las operaciones comerciales a pesar de la reubicación de 750 oficiales.