Trump y su coctelera // Agite, que algo sale
e la inminencia de las horas
pasó a un plazo perentorio de una semana
y ahora prolonga su amenaza a un año
para cerrar la frontera
con México, de tal suerte que el energúmeno de la Casa Blanca tiene dos problemas inmediatos que resolver: su inestabilidad emocional y su reloj de los tiempos políticos con miras electorales, en el entendido de que el primero es muchísimo más complicado que el segundo.
De la capital estadunidense llega la noticia de que a Donald Trump de plano no se le da eso del manejo de los tiempos, pues ahora amaga con “gravar arancelariamente a los autos que vienen de México si éste no continúa ayudando a Washington a lidiar con el flujo de migrantes en la frontera sur; los impondría o cerraría la frontera, pero podría comenzar con los impuestos aduaneros; le daría a México un año para tratar de detener el flujo de drogas antes de establecer los aranceles, pues este país ‘entiende que vamos a cerrar la frontera o voy a imponer aranceles a los autos; probablemente comenzaría con los aranceles, eso sería un incentivo muy poderoso’” (Reuters/ La Jornada).
Así es. En su coctelera, el salvaje de la Casa Blanca mete todo lo que encuentra a la mano: migración, narcotráfico, producción automotriz, política fiscal, calendario y lo que aparezca; agita el artefacto y sirve en la copa lo que resulte, en el entendido de que en breve repetirá el ejercicio.
Afanoso, de nueva cuenta Trump patea uno de los avisperos internos que mayor reacción tuvo durante el arranque de su gobierno, cuando el mandatario, sin más, amenazó con cerrar la frontera a la importación de automóviles armados en México, como parte de su estrategia
de tirar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte al bote de la basura, y aplicar medidas severas
a todos aquellos corporativos automotores que mantuvieran sus plantas productivas en territorio mexicano.
Allá por octubre de 2017, el energúmeno hizo tal advertencia y provocó que de inmediato se formara una poderosa coalición de grandes fabricantes, proveedores y concesionarios, representantes de General Motors, Ford, Toyota, Volkswagen, Hyundai y casi todas las firmas del ramo. Los quejosos se organizaron en la denominada Driving American Jobs y, entre otras medidas, financiaron una campaña publicitaria para convencer
al inquilino de la Casa Blanca y a sus creyentes de que el acuerdo trilateral ha sido crucial para impulsar la producción y el empleo en el sector automovilístico estadunidense
.
La citada coalición –que incluyó a la Asociación de Fabricantes de Motores y Equipos y a la Asociación Internacional Estadunidense de Concesionarios de Automóviles– reaccionó sonoramente ante la amenaza del energúmeno de la Casa Blanca de modificar, en el marco del TLCAN, las reglas de origen (con amplio beneficio para su país, y en demérito de México y Canadá) para los vehículos automotores, y se unió a la Cámara de Comercio de Estados Unidos y otros grandes grupos empresariales para enseñar el músculo. Y Trump le bajó dos rayitas.
Todo indica que en el jaloneo de entonces las partes llegaron a un acuerdo, pero resulta que el desmemoriado de Trump ahora revive el asunto –a final de cuentas es la misma gata, pero revolcada con la migración– y amaga con cerrar la frontera y/o clavar aranceles a los automóviles que tales corporativos arman en México, país en el que, dicho sea de paso, encontraron su paraíso, comenzando con la abismal diferencia salarial (2.38 dólares por hora aquí contra 24 dólares la hora allá) que les permite obtener ganancias extra por alrededor de mil 200 millones de dólares anuales (el dato es de la Cepal).
El cierre de frontera sin duda alguna afectará a México, pero los aranceles a los autos pegarán directamente en el bolsillo de los consumidores-votantes estadunidenses, sin olvidar que para la eventual relección de Trump faltan alrededor de dos años.
Pero tranquilos, que mañana saldrá con otro coctel.
Las rebanadas del pastel
Gracias a su atención y apoyo, modestamente le ponemos la velita número 18 al pastel de México SA. ¡Salud!
Twitter: @cafevega