Madrid. El escritor español Rafael Sánchez Ferlosio, una de las voces primordiales de la literatura española del siglo XX y al que se le situaba como el último disidente y crítico irredento, falleció a los 91 años de edad tras una larga vida llena de premios, reconocimientos y sinsabores que él mismo purgaba con la escritura. Hasta el final de sus días se mantuvo firme en su repulsión al edulcoramiento, a lo políticamente correcto, a las camarillas de intelectuales y escritores que catapultan o hunden en función de sus filias y fobias; más bien lo contrario, las combatió con firmeza y pese a enfrentarse a ellas la opinión en torno a su figura era unánime: la de un escritor total, con una inteligencia agudísima y un uso del lenguaje excepcional.

Sánchez Ferlosio es autor deEl Jarama, una de las novelas esenciales de la segunda mitad del siglo XX en España, que marcó a varias generaciones de escritores eintelectuales que emergieron en plena posguerra en mitad de un país en ruinas tras la Guerra Civil (1936-1939) y la amargura existencial que dejaba a su paso la dictadura de Francisco Franco (1939-1976).

Reconocido con el Premio Cervantes de Literatura

Desde joven, con su erudición renacentista, con sus escritos mordaces, con sus visiones casi siempre fuera de la norma y el lugar común, Sánchez Ferlosio se fue convirtiendo en una voz de referencia, en una voz disidente y crítica que si acaso compartió durante décadas con su también amigo Juan Goytisolo.

Rafael Sánchez Ferlosio, quien nació en Roma en 1927, fue hijo de Rafael Sánchez Mazas, periodista, escritor y uno de los fundadores de Falange Española, que llegó a ser presidente de la Real Academia Española, director del patronato del Museo del Prado y ministro sin cartera del régimen franquista.

Lejos de asumir el ideario y las tradiciones ultraconservadoras de su familia –también con profunda devoción a la Iglesia católica–, Sánchez Ferlosio decidió optar por convertirse desde el principio en una voz singular, que casi siempre chocaba con sus compañeros de generación.

Fue galardonado con los premios Cervantes de Literatura en 2004 y Nacional de las Letras Españolas en 2009, en un reconocimiento que él ni esperaba ni exigía a su obra completa, en la cual mostró todas su facetas: narrador, ensayista, conferenciante, articulista y autor de los llamados apuntes o ‘‘pecios”, en los que resumía los textos más importantes de su obra.

Las últimas publicaciones que llevan su firma son las recopilaciones de ensayos que la editorial Debate ha lanzado en años recientes son Altos estudios eclesiásticos: gramática, narración y diversiones (2015), Gastos, disgustos y tiempo perdido (2016), Babel contra Babel (2016) y Qwertyuiop (2017).