María del Carmen de Lara Rangel, aseguró: La Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) de la Universidad Nacional Autónoma de México fue un anhelo de muchos años, el cual, asegura, apoyará desde la docencia luego de organizar una última etapa con la transparencia de que no seguiré de directora.

De Lara encabezó la institución que hasta el miércoles fue el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), donde se formaron realizadores como Alfonso Cuarón, Jorge Fons, Emmanuel Lubezki o María Novaro.

Esta transformación nos permite reconocernos como parte del conocimiento universitario, porque el cine no nada más es forma de expresión e intercambio cultural o sueño de muchos, donde se observan injusticias sociales, se busca equidad y es medio audiovisual; a futuro podríamos idear otra licenciatura referente al uso de pantallas o la enseñanza, por ejemplo.

Este cambio hacia la ENAC también significó elaborar un documento y sustentar porqué ser una escuela de cine en la UNAM; es un procedimiento académico muy fuerte pues se pasa por varios consejos, análisis y se está en intercambio con las áreas de humanidades así como con personas que han trabajo pedagógicamente en muchos niveles en la máxima casa de estudios.

No obstante sentirse orgullosa de este cambio, De Lara afirmó: Esto es producto de 55 años de trabajo, no sólo mío. De hecho, decidí no presentarme a la terna como directora de la ahora ENAC. Habrá un periodo de ajuste, se formará un consejo técnico y también se generarán requisitos para tener representación en el Consejo Universitario. Ahora dependemos de la Secretaría General de la UNAM, como todas las escuelas y facultades.

Agrega: Yo he sido 17 años docente en la Universidad Autónoma Metropolitana, donde he tenido permiso sin goce de sueldo; por más que quieran arman escándalos, no cobro nada, por supuesto, porque son permisos universitarios como los que tienen muchos académicos que acaban de incorporarse a trabajar en el gobierno.

Estos, prosiguió, son acuerdos rectorales universitarios que siempre han existido, son por un plazo máximo, hasta de seis años. Este es un tema y el otro es que mi experiencia está en el cine; en ese sentido, creo que ahora puedo aportar desde otro lado. Ya fui cuatro años directora del CUEC, pero hay varios retos por cubrir. Me gusta mucho la docencia, pero también he sido maltratada por intereses de gente que no cumplía con la universidad.

Es decir, cuando llegas a estos papeles, te toca regular. Nunca había sido funcionaria y hay que poner orden. La personas gritan contra la corrupción, pero cuando pones orden resultas la mala. Tengo absoluta certeza de que todo se ha llevado con el debido proceso y es a la universidad a la que entrego cuentas, y ellos deciden porque son los patrones.

De hecho, los ataques en su contra, explicó, “fueron de personas que durante mucho tiempo no quisieron que se hiciera la escuela, para seguir manipulando y no tener organizaciones reguladas por la UNAM.

Hay dos casos que tienen que ver, pero por la ley de datos personales no puedo dar nombres aunque se conocen; es gente que sólo va a cobrar y no cumple con la universidad.

En realidad, la violencia contra mí, sí ha sido por ser mujer, porque me han visto menos, he recibido amenazas e insultos por poner orden, aunque actué conforme a derecho, pero aquí está el resultado: la ENAC y ya terminé.