Viernes 29 de marzo de 2019, p. 4
El violonchelista y antropólogo franco-estadunidense de origen chino Yo-Yo Ma convivió el miércoles con artistas y habitantes de la Ciudad de México en La Nana, Laboratorio Urbano de Arte Comprometido.
Ese espacio fue elegido por el propio músico luego de analizar varias propuestas que solicitó antes de su visita a México. Yo-Yo Ma se interesó en conocer las prácticas culturales comunitarias que se desarrollan en ese centro cultural ubicado en el Centro Histórico, al cual acuden vecinos de las colonias Guerrero y Morelos.
El artista dijo sentirse emocionado y agradecido con la experiencia en la que presenció desde una clase de percusiones corporales hasta otra de hip hop.
‘‘Es uno de los días más felices, la única vez en la vida que me he atrevido a bailar, no digamos en público”, celebró el violonchelista.
Se fomenta una cultura de paz
Yo-Yo Ma fue recibido en La Nana por María del Carmen Legaspi Torres, directora del recinto, y por Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
También asistieron el violonchelista Carlos Prieto y Mardonio Carballo, titular de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura federal.
La convivencia se inició entre flores y música a cargo de Irene Aspe Solórzano y Adrián García Cabral.
Luego Enrique Jiménez impartió una clase de percusión corporal con los asistentes, y Ma gozó la práctica. No paraba de reír y moverse.
En la Nana está la ‘‘esencia de la cultura, pues una comunidad es un lugar donde las personas hacen cosas juntas, y todo mundo se siente con confianza de crear y de compartir”, refirió.
El músico interpretó el aria inicial de la Suite Número uno de Bach, mientras una pareja bailaba; al final reiteró: ‘‘Estamos haciendo cosas juntos, somos todos iguales en esta casa y nosotros hemos tenido la oportunidad de tener un momento de espiritualidad que nos da energía, esperanza y determinación.
‘‘Cuando salgamos de aquí practiquemos los mismos valores que hemos aprendido y practicado debajo de este techo.”
Después, el ensamble Ehya Disonante, con la dirección de Enrique Jiménez, interpretó La cucaracha en versión funkadelic hip-hop y Con una pequeña ayuda de mis amigos, de los Beatles, piezas en las que de nuevo el violonchelista se sumó.
Legaspi expresó que la visita de Yo-Yo Ma permitió mostrar las iniciativas y actividades que se programan en ese espacio para fomentar la paz y trabajar con personas en situaciones de vulnerabilidad.
Añadió que La Nana es un recinto ‘‘generador de artistas y creadores. Estamos aquí para fomentar una cultura de paz”.
Yo-Yo Ma también disfrutó con emoción la interpretación de su colega la violonchelista Maricarmen Graue, quien compuso una pieza especial para ese encuentro organizado por la comunidad de vecinos y artistas de La Nana.
Durante la charla titulada ¿Cuál es la responsabilidad de una capital cultural en el siglo XXI?, efectuada en el Museo Universitario del Chopo, Yo-Yo Ma dijo que ‘‘la confianza es la divisa de la cultura’’.
Experimentar siempre implica riesgos
Desde la cultura, añadió, se pueden generar conocimientos indígenas de miles de años y usarlos para proyectar mejores cosas en el futuro.
Explicó que con todo lo que conocemos, la cultura proviene de la experiencia. ‘‘Nuestros conocimientos nos llegan porque hemos luchado y esforzado para entender nuestro entorno; hemos tratado de entendernos a nosotros mismos y de entender a los demás.
Creo que nuestro trabajo y parte de nuestra cultura es sentir esta dinámica, entre las experiencias pasadas y conectarnos con más. Eso es lo que hace que se sientan vivos; con los experimentos siempre se toman riesgos.
En la charla también participaron Lucina Jiménez, José Luis Paredes Pacho, director del Museo Universitario del Chopo, el artista Pedro Reyes y la arquitecta Rozana Montiel.
Yo-Yo Ma opinó que los artistas son científicos, porque todos tratan de realizar algo increíblemente específico con una meta muyparticular.
En su intervención, el violonchelista afirmó que los artistas utilizan su vida como experimento y que para él es importante que las personas recuerden la creación o sus experiencias porque después las podrán transmitir. Antes de finalizar la charla, Ma sorprendió al público al tocar un violonchelo de acero creado por Pedro Reyes con diferentes armas.