Aunque actualmente Marte es un planeta hiperárido y frío, cuya atmósfera impide la existencia de agua líquida, hace 3 mil 250 millones de años, ésta fluyó en su superficie y pudo haber favorecido el origen de la vida.

Los resultados experimentales a las muestras de roca recolectadas y analizadas por el robot Curiosity sugieren que una alta tasa de fijación de nitrógeno fue posible en presencia de hidrógeno en la atmósfera del planeta rojo, sostuvo Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y colaborador de la NASA.

El científico, fundador del Laboratorio de Estudios Planetarios en el Instituto de Ciencias Nucleares, donde se llevan a cabo experimentos para simular las condiciones ambientales en otros planetas, atmosféricas y de suelos, explicó que ese hecho contribuyó a que la temperatura superficial de Marte estuviera cerca del punto de congelamiento del agua, permitiendo la existencia de agua y vida.

Además, señaló que jugaron un papel importante las colisiones de asteroides en la atmósfera y la superficie de ese planeta, lo que contribuyó a un mayor rendimiento en la formación de bióxido de nitrógeno y nitratos.

En conferencia, en la sala de consejo de la Coordinación de la Investigación Científica, especialistas de la UNAM y de la NASA presentaron los más recientes resultados del robot Curiosity, que pisa y recorre el suelo marciano desde 2012.

En la base del cráter Gale de Marte, donde existió un lago hace aproximadamente 3 mil 500 millones de años, el vehículo explorador encontró nitratos, formas de nitrógeno esenciales para la vida y habitabilidad como la conocemos en la Tierra, pues a partir de ellos se forman moléculas como proteínas y ADN.

Rafael Navarro González, uno de los científicos más reconocidos del país, encabezó el trabajo junto con otros 29 especialistas internacionales.