En tres años llegará a todos los municipios el programa de Cultura Comunitaria
Es una utopía que nos mantiene trabajando, expresa en entrevista Esther Hernández, directora general de Vinculación
Lunes 25 de marzo de 2019, p. 7
El programa de Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura federal podrá parecer una utopía, y quizá lo es, pero en la forma en que lo decía Eduardo Galeano: una utopía es lo que nos mantiene caminando. Es lo que te hace caminar y trabajar
, para cumplir el objetivo, que es crear proyectos culturales locales que se mantengan más allá de un periodo sexenal, dice la titular de la Dirección General de Vinculación Cultural, Esther Hernández, en entrevista con La Jornada.
Esta dirección tiene en primer lugar la relación con los titulares de cultura de todos los estados; en uno de sus programas también tenía la relación con algunos municipios, y lleva dos de las vertientes del programa de apoyos a la cultura que es el Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados y el apoyo a las instituciones estatales de cultura
, explica la funcionaria.
El trabajo de esta dirección es vincular los distintos programas en todos los estados del país a través de convenios de colaboración, convenios institucionales, la publicación de las convocatorias de estas vertientes de apoyo y, a partir de este año, coordina el programa Cultura Comunitaria, por la relación natural que ya existe con los estados, pero la intención es construir un piso más: uno hacia abajo, que es a escala territorial, de municipios y de comunidades para el desarrollo de proyectos culturales
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El programa se presentó en Tlaxcala hace unos días. La primera fase es un diagnóstico de campo; “partimos de un primer diagnóstico, documental, basado en datos y estadísticas, en la que se colabora con las Misiones de diversidad cultural. La segunda parte es contrastar y complementar esa información en campo.
“Calculamos tres años para llegar a todos los municipios. El programa de Cultura Comunitaria no es un proyecto que lleva la cultura, sino que pretende promover la participación. Partimos del supuesto de que en la mayoría de los estados hay alguna riqueza cultural en el municipio, muchas veces no suficientemente reconocida, muchas veces sin impulso; entonces el planteamiento es decir: ‘empecemos a reconocer estas prácticas como prácticas culturales’”, desde la cocina tradicional y la medicina tradicional hasta el teatro y la danza.
La infraestructura en la cual se apoyarán para el programa de Cultura comunitaria ya está disponible y son las bibliotecas, en primer lugar, pero también teatros, auditorios, museos, casas donde trabajan los artistas locales, escuelas, plazas públicas. El objetivo es recoger las problemáticas y necesidades culturales de los municipios en los que vamos trabajando. Ya está la primera parte. Empezamos en Tlaxcala, Guerrero, Michoacán y Baja California, y este sábado continuamos con Hidalgo; es como un trabajo paulatino el que vamos haciendo con la intención de que para finales de mayo tengamos ya cubierto un primer punto de trabajo en todo el país, en algunos municipios y a partir del segundo semestre desplegarnos en los 720 municipios del programa
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Sembrar procesos, cosechar alternativas
Una vez identificadas las necesidades y actividades culturales que se desarrollan en cada municipio, será el momento de sembrar procesos
, es decir, no se impondrán actividades culturales pensadas desde la capital del país, no se llevarán creadores a otros estados, sino que se trabajará con artistas, promotores culturales, maestros que estén ya en los municipios.
Si en el lugar hay una fuerte tradición en danza o en teatro o hay esas inquietudes, pero no han tenido el apoyo del estado o del municipio, la Federación diseñará en conjunto cuáles serán los proyectos permanentes para dar impulso a esas actividades. El tercer momento es cosechar alternativas, que es donde vamos a dar la presentación de resultados de lo que vamos trabajando.
Todo esto tiene que ver entonces, como platicaba la secretaria (Alejandra Frausto), con recoger los sentimientos de la nación en un primer momento, después identificar o lograr que las audiencias sean más participativas, que también puedan ser agentes culturales y, en un último momento, integrar comunidades, crear procesos de ciudadanías culturales que deciden y que dan seguimiento a las acciones que están implementando en cada lugar
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Se busca que en aquellos sitios donde no hay actividades culturales “nos alimentamos de lo que hay alrededor, y en los que sí las hay se decide de manera conjunta cuál es la prioridad porque también es un programa que no tiene el gran presupuesto. Se ha dicho que aumentó brutalmente el presupuesto de Vinculación, pero ahí se encuentran otros programas. A la Dirección General de Vinculación Cultural se le asignaron 373 millones de pesos, mientras el programa de Comunidades Culturales tiene un presupuesto de 400 millones de pesos, que si lo dividiéramos entre 720 municipios sería de 555 mil pesos por municipio, no es tan simple, pero es para explicarlo un poco.
El presupuesto no se puede ir en nimiedades, tiene que ir a lo importante: pagar a los artistas que fungen como maestros, a los promotores culturales que logran la vinculación de los grupos artísticos con la comunidad, que implementan proyectos de innovación social para la transformación que vamos a vincular con medio ambiente, con cuidado y conciencia ambiental desde la infancia y juventud; entonces, en estos casos se trata de esos procesos en los que el recurso tiene que quedarse en lo local, con los artistas de las comunidades, de los municipios que están ahí o que están cercanos.
El programa plantea además que quienes participen como monitores, profesores, promotores culturales, etcétera, sepan cómo promover sus proyectos, que aprendan a solicitar becas, a defender sus iniciativas.
–En México los programas son sexenales. ¿Cuáles son los resultados que le gustaría obtener en este programa al final de la administración?
–Es muy triste que sea a seis años. El sueño es que en los lugares en los que trabajamos llegar a tener comunidades sólidas en las que a partir de la cultura se construya una sociedad más justa y democrática, más respetuosa de los otros, y esto tiene mucho que ver con el poder pensarnos diferentes. El arte y la cultura dan la posibilidad de transformar, de imaginar nuevos mundos. Cuando esa imaginación se pone en potencia a través de la creación es posible lograr estas cosas.
Imagino que los niños que hoy empiecen a sus ocho, 10 o 12 años sean chicos que tengan una proyección definida y decidida de vida, que no tengan que estar a la deriva, divagando, sobre qué van a hacer porque no tienen alternativas, sino que aprendan a construir sus alternativas, que es la posibilidad que da la creación.
Estos programas buscan fortalecer las capacidades locales.
Somos soñadores, pero lo padre es que también sabemos estar en tierra, estamos en campo y estamos trabajando.