Sábado 23 de marzo de 2019, p. 13
La participación de mujeres indígenas y afrodescendientes en puestos de elección popular no debe ser vista como un adorno político, sino porque tienen voz, voto y opiniones y son quienes están interpelando los discursos hegemónicos en espacios que van desde sus comunidades hasta lo nacional, porque son portadoras de necesidades que muchas veces siguen invisibilizadas
, advirtieron especialistas durante el conversatorio Antropología en contextos de violencias: experiencias de mujeres indígenas y afromexicanas en México, convocado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).
En entrevista con La Jornada, Gema Tabares Merino y Fernando Salmerón Castro destacaron que nuestro país mantiene en el último escalón
a las indígenas y afrodescendientes porque no sólo enfrentan la violencia que genera la discriminación de género y origen étnico, también son víctimas de la hostilidad política
.
Destacaron el caso de María de Jesús Patricio, precandidata independiente a la Presidencia de la República, quien no sólo recibió ataques por ser mujer, sino porque siendo indígena se atrevió a buscar un puesto de representación popular
. Agregaron que pese a que hubo avances en el número de féminas que lograron llegar a puesto de elección, su número, señalaron, ha disminuido.
Salmerón Castro destacó que son relevantes no sólo porque son mujeres, sino porque plantean necesidades y demandas que vienen de sus propias comunidades
, y que no tienen un espacio de debate, porque no sólo son pocas en puestos de elección, y mucho más si son indígenas y afrodescendientes, tampoco tienen visibilidad en los partidos políticos.