Jueves 21 de marzo de 2019, p. 22
Brasilia. Celso Amorim, ex canciller del gobierno de Lula da Silva (2003-2010), alertó este miércoles una vez más sobre el hecho de que Brasil, en el gobierno del neofascista Jair Bolsonaro, naufraga en una total sumisión a los designios de Estados Unidos.
Brasil evolucionó de un proceso en el que tenía cierta independencia, a cierta subordinación estratégica implícita en el gobierno de Michel Temer, y ahora está en una situación de sumisión explícita
, declaró Amorim al portal Rede Brasil Atual sobre la visita del mandatario brasileño a Washington.
Para Amorim, la afirmación del Bolsonaro de que relevó en el poder a una serie de ex presidentes antiestadunidenses resulta conceptualmente una tontería
.
Detalló que durante los mandatos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff (2011-2016) no hubo un clima anti-Estados Unidos. Lo que existió fueron disputas naturales. Hay que reconocer las diferencias incluso para poder manejarlas. A menos que uno de los países resuelva renunciar a todos sus intereses
, señaló.
Mencionó que hubo disputas con Washington durante el gobierno de José Sarney sobre informática y cuando hubo intentos de eliminar el Mercado Común del Sur con el proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas, rechazado por la mayoría de los países de América Latina.
Estas diferencias se mantuvieron en el gobierno de Lula, pero nada de eso impidió el diálogo. Lula estuvo con George W. Bush en Camp David
, recordó Amorim.
Subrayó como preocupaciones, las referencias de Bolsonaro y Trump a cuestiones como la entrega de la base de Alcántara, la agresión contra Venezuela y la intención de designar a Brasil como un miembro extra o aliado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que causaría un problema internacional
.
Brasil siempre fue miembro de los grupos no alineados en la Conferencia del Desarme. Si es un aliado extra-OTAN, ya no es no alineado.
En redes sociales, la visita de Bolsonaro a Trump dividió a analistas. ¿Victoria diplomática o peregrinación a las fuentes de la ultraderecha, marcada por concesiones unilaterales?, preguntaron algunos.
Una caricatura mostró a Bolsonaro como perrito faldero de Trump; otra, en cambio, ilustró el encuentro con el abrazo de dos héroes de videojuegos.