Error, la autorregulación
Urgen políticas públicas contra productos chatarra: Poder del Consumidor // Chile logró reducir 22 por ciento la compra de bebidas azucaradas en tres años
Miércoles 20 de marzo de 2019, p. 33
Prácticas como la autorregulación, financiar estudios que luego se utilizan para generar dudas sobre el impacto de alimentos sin nutrimentos, refrescos, tabaco y bebidas alcohólicas, son algunas de las acciones que realiza la industria para promover mercancías que modificaron los comportamientos de consumo y derivaron en males como la obesidad, diabetes, hipertensión y cáncer, afirmó Fabio da Silva, asesor en nutrición de las organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud (OPS/OMS).
Esos y otros padecimientos que ya representan las principales causas de muerte, también son causantes de que cada año se pierdan más de 100 millones de años de vida saludable en América, señaló el especialista.
En México la atención de patologías como las referidas representa para el sector salud una inversión de casi 556 mil millones de pesos anuales, advirtió Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
En conferencia de prensa el activista social insistió en la necesidad de impulsar políticas encaminadas a disminuir el consumo de esas mercancías como han hecho en otros países. Mencionó el caso de Rusia que registraba la mayor ingesta de bebidas alcohólicas y la redujo 40 por ciento en 12 años.
En Nueva York el tabaquismo bajó 28 por ciento en siete años y en Chile el consumo de bebidas azucaradas se redujo 22 por ciento en apenas tres años.
Por su parte, Érick Antonio Ochoa, responsable del área de control de tabaco en la Coalición México Salud-Hable advirtió que el próximo Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Sectorial de Salud deben incorporar estos temas con estrictas medidas de prevención y control.
Da Silva comentó que los padecimientos no transmisibles que se asocian con hábitos de vida poco saludables tienen un impacto negativo en la productividad y el desarrollo de las naciones.
Dijo que las empresas alimentarias crean epidemias industriales
con prácticas comerciales similares. Invierten grandes cantidades de dinero en publicidad porque tienen asegurado el retorno económico en las ventas; se dedican a bloquear medidas fiscales para asegurar que sus productos mantendrán precios bajos y estarán disponibles prácticamente en cualquier lugar y momento.
Los corporativos también desarrollan tácticas para involucrarse con la comunidad y generar empatía con sus marcas mediante el financiamiento de proyectos sociales y comunitarios.
El especialista de la OPS/OMS también denunció que cubren los costos de estudios que con falsos argumentos
buscan deslindar a sus productos de las enfermedades y lo que logran es generar dudas que obstaculizan el avance de las políticas públicas.
También, para evadir las restricciones regulatorias, las empresas proponen medidas de autorregulación o apoyan disposiciones débiles como sería el etiquetado de productos poco entendible, señaló Da Silva.
Puntualizó que las enfermedades asociadas con el consumo de alimentos sin aporte nutrimental o bebidas con azúcares añadidas tienen impacto desde el aspecto educativo, con niños que a causa del sobrepeso y obesidad disminuyen su aprovechamiento escolar.