Fomentará mayor bancarización y reducción de la informalidad
Miércoles 20 de marzo de 2019, p. 21
El ruido provocado por la decisión del gobierno federal de cancelar el aeropuerto que se construía en Texcoco es un tema superado, afirma Eduardo Osuna Osuna, vicepresidente y director general de BBVA Bancomer, el mayor banco del país.
No estamos viendo salida de capitales del país. De hecho, en los primeros meses del año hubo registro de un alto flujo de inversión extranjera y compra de bonos de deuda pública y acciones de empresas en México
, subraya.
El sector bancario, anuncia, trabaja con representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo, así como con autoridades reguladoras, en una propuesta integral
sobre las comisiones que pagan los usuarios del sistema.
El eje de ese planteamiento es fomentar una mayor incorporación de usuarios a los servicios financiero y en los canales formales de la economía, comenta, en entrevista con La Jornada, a propósito de la 82 Convención Bancaria, que se iniciará mañana en Acapulco.
–¿Cómo describe el momento del país, después del cambio de gobierno, en los ámbitos económico y social?
–En lo social, no hay duda, existen grandes expectativas respecto de la nueva administración. Este gobierno llega con enorme apoyo popular y una agenda enfocada a atender sectores de la población a los que no ha alcanzado el crecimiento de años recientes. Estamos en un momento idóneo para atender uno de los grandes temas pendientes de las últimas décadas, la desigualdad, y hacer que el crecimiento llegue a toda la población. El gobierno tiene un gran reto al que debemos sumarnos los sectores productivos del país.
En el tema económico, los signos de debilitamiento que se dieron en la segunda mitad de 2018 y el bajo crecimiento que se prevé en los primeros tres meses del año apuntan a un menor crecimiento en 2019. Podríamos decir que la desaceleración es coyuntural y tiene que ver con una incertidumbre natural por el arranque de una nueva administración y la usual reducción del ejercicio del gasto público. Hay que tomar las medidas adecuadas para revertir cuanto antes esa tendencia.
–El nuevo gobierno afirmó que el país asistía a un cambio de régimen. ¿Qué significa para usted este planteamiento?
–La agenda de la administración actual está enfocada en incluir a los sectores de la población menos favorecidos en el crecimiento y desarrollo de México. En esencia, me parece que el principal planteamiento es atacar la desigualdad. El resto de elementos gira en torno a poder conseguir ese objetivo. Es importante decir que esa proposición ha sido acompañada de mensajes concretos de querer mantener un sano equilibrio macroeconómico. Venimos de años en los que hemos alcanzado una estabilidad en las principales variables macro del país, y esa es una condición necesaria para poder dinamizar la economía interna y lograr un pleno desarrollo.
–¿Observa que esté ocurriendo un retiro de inversiones o cancelación de proyectos? ¿Cómo se mueve ahora la actividad económica?
–No estamos viendo salida de capitales del país. De hecho, en los primeros meses del año hubo registro de un alto flujo de inversión extranjera y compra de bonos de deuda pública y acciones de empresas en México. Vemos un buen ritmo en la actividad económica, y la reactivación de muchos proyectos de 2018. Se están abriendo oportunidades interesantes que están atrayendo a los inversionistas. La banca es un termómetro de la economía del país y en los primeros dos meses del año observamos una mayor demanda de crédito de personas físicas, respecto del mismo periodo de 2018. Por el lado del crédito a empresas, también hay crecimientos anuales importantes y esa será la tendencia el resto del año.
Señales de certidumbre
–¿Considera que las decisiones tomadas por el nuevo gobierno, por ejemplo en temas como la cancelación del aeropuerto en Texcoco o la congelación en los hechos de la reforma energética, tendrán consecuencias para el crecimiento de la economía?
–Toda señal que dé certidumbre a los inversionistas es fundamental, sobre todo en un escenario en el que se pretende incrementar de manera importante las inversiones del sector privado. Es cierto que el tema del nuevo aeropuerto generó ruido, pero el mercado ya se sobrepuso en ese tema. Sobre la reforma energética, todavía tenemos que esperar a ver cuál es el plan integral que plantea el gobierno, ya que el reto es importante. Para incrementar la inversión privada se deben dar los incentivos correctos, entre los que destacaría mantener la estabilidad macroeconómica, reducir la informalidad con el consecuente incremento en la productividad, fortalecer la demanda interna y el estado de derecho y disminuir la corrupción, lo cual no sólo daría mayor certidumbre a la inversión privada, sino liberaría recursos para aumentar la inversión pública en infraestructura.
–¿Hay algún tema que BBVA Bancomer y la banca deban atender en este periodo de menor crecimiento de la economía?
–En BBVA Bancomer y la banca en general seguiremos apoyando todo proyecto viable que se nos presente y financiando el consumo y vivienda de las familias. En conjunto con la banca de desarrollo debemos impulsar los proyectos de infraestructura que son prioridad del gobierno federal y también los del ámbito local, de estados y municipios, para detonar la demanda interna. Vale la pena tener presente que el sistema financiero es un fiel reflejo de la economía. Con esto quiero decir que si la economía va mal, la cartera se empieza a deteriorar, lo cual está muy lejos de suceder. En la banca seguimos con nuestros planes de crecimiento.
–¿Qué resultado espera de planes oficiales, en los que colabora la banca, para reducir la informalidad y el uso de efectivo?
–Estamos trabajando con representantes del Ejecutivo y Legislativo, así como con reguladores, en una propuesta integral de comisiones, que entre otras cosas fomente una mayor bancarización de las personas para incluirlas en los canales formales de la economía. Por otro lado, el CoDi (Código Digital, sistema de pagos mediante teléfonos móviles) es otro de los temas en los que hemos laborado como gremio muy de la mano con el Banco de México. Diría que tenemos en ello poco más de 18 meses. Lo relevante de este trabajo es que ya nos pusimos de acuerdo en tener un solo estándar, que pasa por la carretera del banco central, con lo que todos los intermediarios jugamos con las mismas reglas.
–¿De qué manera se van a ir aterrizando esas políticas para incorporar más usuarios al sistema bancario?
–Tanto el gobierno como nosotros estamos muy convencidos de que la tecnología debe ser el eje de la estrategia para bancarizar, así que a través de ella se va a impulsar la incorporación de más usuarios al sistema. El gran reto, hay que tenerlo claro y no perderlo de vista, es reducir los niveles de informalidad. Esto incluye también los programas sociales. Por dar un dato, la dispersión del programa Jóvenes Construyendo el Futuro se hace en su totalidad mediante cuentas digitales, lo cual permite ir incentivando el uso de ese tipo de productos entre segmentos de la población que van incorporándose al sistema. Lograr transmitir los beneficios de los canales formales de la economía es tarea que debe ocuparnos permanentemente.
–¿Cuáles son los principales obstáculos a superar en la reducción de la economía informal y en el uso de efectivo?
–Los incentivos que hay para su uso son, a la vez, su principal obstáculo. El uso de efectivo está incentivado por una serie de círculos viciosos que se alimentan entre sí, destacando cuatro factores: corrupción, evasión fiscal, informalidad y delincuencia organizada. El combate al efectivo debe ser el eje rector de una serie de políticas públicas para generar una economía más eficiente, honesta y con mayor trazabilidad de las operaciones. El uso de las nuevas tecnologías, tanto en la banca como en las diversas dependencias de gobierno, debe ser la palanca para transformar la economía de manera disruptiva y acelerada.