El proyecto hidroeléctrico Las Cruces, previsto en el río San Pedro en Nayarit –último cauce libre en México– es inviable estratégica y financieramente, por lo que el gobierno federal debe cancelarlo, pues se ha probado que tendrá impacto en Marismas Nacionales, una de las mayores zonas de manglares del país; generará riesgos a la salud, y la tendencia internacional es obtener electricidad por medios renovables, señala un estudio realizado por la asociación SuMar-Voces por la Naturaleza.

Tecnología poco atractiva

Además de la cancelación de la obra, debe haber un diálogo abierto de inclusión con las comunidades para discutir alternativas que generen un verdadero desarrollo sustentable en la región, indica. El proyecto fue considerado en el Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen 2016-2030) y en el Prodesen 2017-2031.

En el nuevo contexto del sector energético, el plan de Las Cruces no es necesario para satisfacer los requerimientos del sistema eléctrico nacional, además de que las tecnologías renovables a pequeña escala y cercanas al lugar de consumo son más atractivas para los inversionistas, estratégicas para el sistema eléctrico nacional y eficientes para las redes de distribución, señaló Ernesto Bolado Martínez, director de SuMar.

Agrega que las proyecciones de la secretaría encargada del sector han cambiado por tendencias internacionales de generación de energía con fuentes renovables, además del incremento de los costos del proyecto en más de 80 por ciento –tanto por el incremento de los materiales de construcción como de la variación del tipo de cambio respecto del dólar– que se tradujeron en más de 13 mil millones de pesos.

El reporte indica que en la valoración del proyecto no se consideraron los impactos ambientales, sociales y económicos en localidades aguas abajo de la presa ni sus respectivas medidas de mitigación. Tampoco se incluyeron los costos de operación, mantenimiento y abandono de las instalaciones durante y después de su vida útil.

Aumento de costos

No se evaluaron, agrega, los costos a la salud por el incremento de enfermedades relacionadas con la presa durante su construcción y operación. Se encontró que las mujeres son más vulnerables y los casos de diarrea aumentan 60 por ciento durante la construcción.

La organización identificó al menos 12 localidades que deberían reubicarse por estar dentro de la zona de riesgo de contraer enfermedades transmisibles por mosquitos. Semarnat autorizó en septiembre de 2014 el manifiesto de impacto ambiental del proyecto de la CFE.