El campeón olímpico juvenil en 400 metros, Luis Avilés, de 17 años, no se desespera ni tampoco quiere precipitarse para estar en Tokio 2020, porque el plan va para largo, enfocado a la justa de París 2024.

Los mexicanos tenemos mucho talento y comemos frijolitos. Hay que seguir trabajando con ese logro que se dio para que vean que somos un país de punta, manifiesta el morelense entrenado desde hace tres años por el cubano Lázaro Paz y un grupo multidisciplinario en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento (CNAR) que se alista a competir en 200, 400 y el relevo 4x400 metros en la Olimpiada Nacional.

Luego de la obtención de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires, en octubre pasado, y con la espalda lesionada, Avilés estuvo en rehabilitación y terapia. Hace un par de semanas corrió y me sentí bien.

–¿El título olímpico abrió las puertas?

–Desde la llegada de Buenos Aires el trato ha sido mejor, el apoyo y el seguimiento que me han dado. Esperamos que vengan mejores cosas y hay que ser pacientes para la mejora de becas.

La medalla me dio más confianza en lo que soy capaz. Quiero seguir cosechando buenas marcas y mejorar el récord nacional que tengo. El plan que tenemos a corto plazo es el Campeonato de Norte, Centroamérica y del Caribe en Querétaro y el Panamericano de Atletismo Sub-20 en Costa Rica, señala.

Sin precipitación

En los planes del apodado Flash morelense no contempla los Juegos Panamericanos de Lima ni el Mundial de Atletismo en Doha.

Se está dejando de lado para no quemarnos y cuando tenga un nivel de exigencia mayor pediremos el fogueo necesario. México tiene talento para la velocidad, la verdad no me veo en Tokio, ¿para qué acelerar el proceso?, pero si se clasifica, bien, porque mi tirada es en París 2024 y estamos con ese plan, explica.

Avilés tiene marca personal de 46.4 segundos. Ningún otro mexicano se había destacado en esa prueba después de Alejandro Cárdenas, medallista mundial, semifinalista olímpico y poseedor del mejor crono en la vuelta al óvalo, con 44.31, cuando ganó el bronce en Sevilla 1999 compartiendo el podio con el campeón Michael Johnson y su récord del orbe de 43.18.

Sin conocer a Cárdenas, el joven se pone una banda en la frente cuando corre, como lo hacía el sonorense, quien ha sido su referente. Tampoco ha tenido un acercamiento con Ana Guevara, ahora directora general de la Conade; ya llegará el día y si gano medallas, mejor.