Martes 19 de marzo de 2019, p. 5
Zacatecas, Zac., En pleno 2019, cuando existen numerosas técnicas y tecnología para preservar y resguardar documentos carece de justificación desechar periódicos y revistas antiguos, como ocurrió en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), sostuvo Josefina Nava Sánchez, especialista en restauración de acervo bibliográfico.
Tras observar los materiales rescatados por La Jornada Zacatecas, opina que la condición en que están ‘‘es buena’’, incluso mejor que la de muchos archivos que en este momento ella restaura, que datan de los años 50 del siglo pasado.
‘‘Estos documentos, en un análisis visual, no nos parece que estén en malas condiciones. Nosotros incluso tenemos periódicos en condiciones más lamentables y aun así los rescatamos de la pérdida, pero hay procedimientos.
‘‘Para definir qué procedimientos y técnicas utilizar necesitamos hacer una valoración y un diagnóstico. Cuando tenemos materiales en malas condiciones debemos diagnosticarlos y después implementar qué se requiere”, explicó.
El argumento de que se lesdesechó porque estaban deteriorados y se tenía un duplicado, dijo, no es convincente porque todo documento con esa significación histórica debe ser preservado, por ejemplo, para complementar la colección de otras instituciones.
Refirió que recientemente una institución notificó a la hemeroteca de la biblioteca Mauricio Magdaleno que tenía material duplicado y podía donarlo. Entonces ‘‘revisamos y afortunadamente a nosotros nos van a servir independientemente de que ellos los tengan digitalizados y duplicados”.
Nava Sánchez, responsable de la hemeroteca ubicada en la biblioteca Mauricio Magdaleno, dijo que ésta ha donado material duplicado a bibliotecas de varios municipios para que éstos iniciaran o continuaran con su hemeroteca. Es decir, ‘‘es mejor enriquecer otros lugares que tirarlo”.
En caso de que ese material estuviese deteriorado o dañado, aclaró, ‘‘estamos en 2019. Ahorita ya tenemos egresados de la Escuela de Conservación y Restauración. Ya no existe justificación de tomar estas decisiones porque contamos con profesionales a los que debemos acudir para resolver problemas de preservación de documentos”.
Estimó que el incidente pudo ocurrir por falta de competencia de los responsables; ‘‘ya sucedió y ahora necesitamos preservar lo que quedó: invitar a profesionales para hacer una valoración y elaborar un proyecto de rescate”.
Se refirió al espacio que albergó el acervo del antiguo Instituto de Investigaciones Históricas e incluso llevó a sus alumnos de la Escuela de Conservación y Restauración ‘‘para que vieran cómo no debe estar un archivo. Esa era la finalidad: ver ese acervo al que le faltan condiciones para tener buen estado”.
Nava Sánchez describió que ese espacio era pequeño, con humedad y hongos visibles en libros, periódicos y otros objetos, pero según la encargada en ese momento, ‘‘no tenía el apoyo suficiente para cambiar esas condiciones. Esos factores ocasionaban deterioro del material”.
No obstante, sostuvo que los documentos pudieron ser restaurados y no es justificable desecharlos so pretexto de su condición material.
‘‘Tenemos los conocimientos y la tecnología para arreglar el deterioro de documentos. Lo que vi en ese espacio, donde estaba el acervo, es que era necesario arreglarlo, acondicionarlo o cambiarlo a otro sitio más adecuado y con las personas indicadas en archivística, biblioteconomía y conservación”, dijo.
Expuso que al trabajar en la biblioteca Mauricio Magdaleno y con el transcurso del tiempo se dio cuenta de un problema importante: muchos de sus documentos presentaban daños, por lo que se interesó en las disciplinas de conservación y restauración.
Nava Sánchez concluyó que ‘‘las fuentes documentales son nuestras, es nuestro patrimonio, nuestra herencia y hay que cuidarlo. Estos documentos son nuestros, de los zacatecanos, de los mexicanos, y hay una gran responsabilidad de las personas que están al frente para conservarlos en buen estado”.