Jueves 14 de marzo de 2019, p. 3
El presidente Andrés Manuel López Obrador negó haber dado línea
y que exista conflicto de intereses en la elección que realizó el Senado de la nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel Mossa, esposa de José María Riobóo, empresario que lo ha asesorado en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
Tras celebrar que la designación se realizó de manera democrática, el jefe del Ejecutivo federal afirmó que Riobóo no tiene ningún cargo aquí (en el gobierno) y sí me ha ayudado mucho. Él es un ingeniero con mucha capacidad, profesional, es de los mejores estructuristas del país, independientemente si gusta o no gusta, si cae bien o no
.
Lo conozco, dijo, porque hizo el proyecto para los segundos pisos. Fue “el estructurista que hizo los cálculos, (de) qué dimensiones iban a ser las columnas, las trabes, las famosas ballenas”, y recordó que en ese entonces un ex presidente que ya no quiero mencionar, que es preferible olvidar, pronosticó que se iban a caer los segundos pisos y no se cayeron. Toco madera
.
Mujer con méritos
En conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, López Obrador destacó que Esquivel Mossa es una mujer con preparación, con méritos
, egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, con maestría y doctorado, que además se ha desempeñado en áreas de administración de justicia.
Afirmó que la designación surgió de un procedimiento iné-dito, en el que la línea es que no hay línea
, aunque persiste la idea de que el poder de los poderes es el Ejecutivo.
Manifestó que de acuerdo con la ley, él envía sus propuestas al Senado y en algunos casos advierte a quienes invita a participar: “Te voy a proponer, pero no me voy a meter, van a ser los legisladores, como lo establece la ley, los que van a decidir. Si aceptas así, adelante.
A nadie le digo: vas a estar en la terna y eres mi preferida o mi preferido y habla con tal senador, él te va a ayudar, ya hablé yo con ese senador, ya le di indicaciones. Todavía más burdo, decían: Ya lo instruí. Eso ya se terminó.