En México, cada año circulan alrededor de 30 millones de libros apócrifos y se estima que hasta cuatro de cada 10 ejemplares vendidos en el país son piratas, según el Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor (Cempro).

La organización celebró ayer un seminario sobre propiedad intelectual en Museo Nacional de Antropología. Quetzalli de la Concha, presidenta del consejo directivo del Cempro, indicó que desde 2011, año de cambios para la industria editorial, las ganancias en las editoriales anglosajonas mostraron un crecimiento en sus ingresos a partir de la distribución de libros digitales por medio de distintas plataformas, pero que este fenómeno no ha sido igual de fructífero para el mercado editorial de habla hispana.

De acuerdo con el Cempro, al año la venta de libros piratas en México suma alrededor de 800 millones de pesos.

Además, según estimaciones del centro, las afectaciones totales por piratería y reproducción sin permiso de productos editoriales asciende a mil 300 millones de pesos anuales.

Se indicó que una demanda de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) es que la falsificación de libros sea considerada como un delito grave y que se conforme una instancia especializada para atender esta problemática.

De acuerdo con el Cempro, en 2018 fueron decomisadas 17.5 toneladas de libros apócrifos en operaciones policiacas.

Además de la piratería, hoy las editoriales se enfrentan a tres principales problemas: las plataformas, que son las que ponen las dinámicas de venta distintas a las de las librerías tradicionales. Entre ellas están Amazon, iTunes y Google; el idioma, dado que las fronteras geográficas han desaparecido con el desarrollo de los medios de comunicación, y finalmente la divisa, pues no todas las plataformas operan con moneda nacional.