El Congreso local solicitó a la Auditoría Superior de la Ciudad de México un informe en el que de manera detallada diga cómo y en qué ejerció el presupuesto que se le asignó en los años 2016, 2017 y 2018.

También le pide que informe si hubo alguna modificación presupuestal en los años señalados y le entregue una relación de cuántas personas integran la plantilla laboral, sea bajo el régimen de confianza, de base, por honorarios y eventual.

Al sustentar la propuesta, la Comisión de Rendición de Cuentas y Vigilancia de la Auditoría Superior de la Ciudad de México argumentó que más allá de su autonomía, es necesario conocer el uso de los recursos públicos.

Y es que, señaló, en esos tres años su presupuesto y su personal creció de manera desproporcionada, pues pasó de tener un gasto de 592 millones de pesos a poco más de 745 millones de pesos entre 2016 y 2018, lo que significa un aumento de 25.7 por ciento. La diferencia en esos años equivale a 152 millones de pesos.

El problema es que su baja productividad es notable, ya que las auditorías que este instituto ha aplicado en los años recientes se han mantenido en los mismos números, sostuvo el presidente de dicha comisión, el diputado José Luis Rodríguez Díaz de León.

El Congreso de la Ciudad de México debe revisar los resultados que esta entidad ha obtenido en los años recientes, ya que evitar y combatir la corrupción será el sello del próximo gobierno de la capital.

Al ser la Auditoría Superior local la entidad de fiscalización dependiente del Congreso de la ciudad, y conforme a la apertura de datos por medio del parlamento abierto, se debe tener el compromiso de que toda la información generada debe ser considerada como bien común y debe ser del dominio público.

Esta información tiene que ser accesible a cualquier ciudadano con el objeto de que sirva para fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas.