La inversión en maquinaria y equipo y en la industria de la construcción registró en diciembre pasado una contracción de 0.7 por ciento respecto del nivel del mes precedente, reflejo de la desaceleración de la actividad económica, mayor costo del crédito y una postura de cautela entre empresarios, según información oficial y la opinión de analistas.

Con el dato de diciembre se acumularon dos meses consecutivos de caída en la inversión fija bruta (IFB), que incluye el gasto realizado en maquinaria, equipo –nacional e importado– y la industria de la construcción, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Este indicador refleja cómo gran parte del valor agregado a la economía se invierte en lugar de ser consumido. Una menor inversión hoy en actividades productivas reduce la posibilidad de crecimiento a futuro.

El nivel de la inversión fija bruta en diciembre fue similar al reportado en 2014, de acuerdo con Julio Santaella, presidente del Inegi. En una visión retrospectiva, se aprecia un crecimiento de la IFB de 2013 a 2015, pero a partir de ese año se registra un estancamiento que desemboca en una declinación durante 2018, explicó en su cuenta de Twitter.

En diciembre de 2018 el desempeño general de la inversión fija bruta mostró una caída mensual de 0.7 por ciento, según el reporte del Inegi. En particular, la realizada en la industria de la construcción repuntó 0.7 por ciento y la destinada a la compra de maquinaria y equipo se contrajo 3.8, añadió.

En términos anuales, es decir, respecto de diciembre de 2017, la inversión fija bruta tuvo una caída de 6.4 por ciento. La destinada a construcción disminuyó 4.6, también en términos anuales, en tanto que en maquinaria y equipo tuvo un desplome de 9.4, apuntó el Inegi.

El reporte sobre el desempeño de la IFB es consistente con otras cifras que muestran una fuerte desaceleración de la actividad económica en el último mes del año pasado, comentaron Juan Carlos Alderete y Francisco Flores, analista de Banorte.

No obstante, en contraste con otros sectores que han mostrado señales tentativas de recuperación, la debilidad de la inversión se extenderá al menos durante el primer semestre de 2019, añadieron.

La expectativa es que la inversión continuará debilitándose este año e inclusive podría contraerse de nuevo, expusieron. En primer lugar, el ritmo de actividad económica tanto global como local podría desacelerarse incluso más de lo observado hasta el momento. Adicionalmente, el ritmo de avance podría ser menor que en 2018, al considerar que este último fue beneficiado parcialmente por el año electoral, el cual es típicamente asociado con mayor gasto en infraestructura.

Por otro lado, los costos de financiamiento local han aumentado, lo que dificulta a las compañías desarrollar oportunidades existentes y/o potenciales. La confianza empresarial se mantiene contenida, a pesar de un repunte en febrero, con el componente sobre el momento adecuado para invertir menos en los primeros dos meses del año respecto del nivel promedio del cuarto trimestre de 2018, tanto en construcción como en manufacturas, aunque con cierto repunte en los servicios, añadieron.

La inversión en el primer semestre de 2019 podría mostrar una extensión del desempeño más débil registrado al cierre del año pasado, sin descartar que se prolongue al resto del año. En particular, éste será el componente más vulnerable de la demanda agregada en términos del potencial impacto de recientes choques transitorios derivado de su efecto sobre los niveles de actividad económica e inventarios, entre otros, manifestaron.