Habitar las calles, retomar el espacio público frente a la delincuencia y la cultura como forma para recuperar la comunidad y el tejido social. Todo eso es lo que está detrás del encuentro Poesía por primavera, que tiene dos jornadas: hoy y mañana de las 12 a las 20 horas en la Plaza San Jerónimo, en el Centro Histórico de Ciudad de México.

Es la octava vez que este foro se realiza en esa zona de la capital. Organizado por la Hostería La Bota, Mantarraya Ediciones y La Chula foro móvil, reunirá a unos 70 escritores, artistas, libreros y editoriales; el programa incluye lecturas de poesía, libros de autor, novelas gráficas, presentaciones de novedades literarias, performance y una de las actividades emblemáticas: la comilona, donde vecinos y asistentes son convocados a traer alimentos o bebidas para compartir con los creadores invitados y el público.

El promotor cultural Antonio Calera-Grobet dijo que los orígenes del festival se remonta a los encuentros que se hacían desde el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, con Alejandro Aura como responsable cultural; cambió de nombre, de sedes, hasta llegar a Poesía por primavera.

Y aunque han surgido cambios ‘‘el objetivo no se ha movido; es de manera muy clara intentar poner en la plaza pública a autores, editores, lectores; donde puedan tejerse entre ellos y la ciudadanía una relación directa sin los intermediarios de un espacio cerrado, una tarima”, explicó en conferencia de prensa.

Se trata, añadió Calera-Grobet, ‘‘de habitar el espacio abierto que nos pertenece. Nos interesa abrir el relato, que la conversación sea lo más importante y de las más alta delectación para que se dibuje una silueta, un perfil de lo que esta comunidad artística quiere decir a lo que la comunidad abierta quisiera encontrar en ellos. La Bota hace esto con dinero propio, no hay subvención, es una iniciativa privada de carácter público y hemos ido creciendo nuestra capacidad logística’’.

Retomar las calles

Poesía por primavera lleva el subtítulo Retomar las calles, explicó el también promotor cultural Adrián Calera-Grobet. ‘‘Es importante que sepamos que las calles son nuestras, habitarlas no sólo significa vivir, significa que la calle es nuestra y en muchos sentidos el hampa y los maleantes tratan de evitar que estemos en la calle. Es importante retomarlas.

‘‘Es importante que el festival trate en esta ocasión de hacer memoria, recordarnos que tenemos derecho de seguir hasta las 3 de la madrugada y estar habitando la calle como en otros lugares del mundo y hacer actos en la misma calle.”

A su vez Antonio Calera-Grobet recordó que recientemente La Bota, centro cultural y hostería, fue asaltado con violencia (el pasado 28 de enero). ‘‘El festival ya tenía permiso para realizarse, sentimos que hay un entorno herido, sumergido en al realidad, pero es quizá mediante estos actos que se da una especie de sanación, de cauterización de la herida. Creo que la cultura está llamada a hacerlo. Queremos recuperar las calles, o intentar que no se sumerja más sino que emerja con toda su potencia. La calle es nuestra, estamos licenciados por la Constitución para recorrerla, pero no podemos hacerlo”.

El poeta y promotor Alejandro Ortiz destacó que la cultura en la calle ‘‘se ha convertido en una forma de recuperar la comunidad, reconstruir el tejido social, acompañarnos, confortarnos después de las tragedias. Con Cárdenas y el proyecto cultural de Alejandro Aura se perfiló la política cultural desde las personas y para éstas y se fue convirtiendo en una política pública tradicional que quizá no responda o está en vías de reconstruirse. En lo cultural hay que saber de política y dar ese paso: decidir qué tipo de política cultural queremos y qué política deseamos”.