La baja en la perspectiva para la deuda de México está asociada a una menor crecimiento esperado, pero, sobre todo, al soporte incondicional a Pemex (Petróleos Mexicanos) del nuevo gobierno. Esta situación llevó a que Standard & Poor’s usara una metodología en la que se iguala la calificación del soberano y la petrolera, expusieron analistas de la firma.

“El presidente, en una de sus conferencias matutinas, básicamente dijo que Pemex tiene el soporte completo e incondicional del gobierno federal. Lo tomamos como algo bastante serio (…) es una declaración que no tiene obligaciones legales para el gobierno, pero aún así pensamos que prueba la plenitud del apoyo del gobierno a la compañía y por eso lo incorporaremos en nuestro análisis”, refirió Luis Martínez, director de calificaciones de la firma, en conferencia con inversionistas.

Durante la última semana, la calificadora de riesgo bajó la perspectiva a Pemex y otras empresas e instituciones financieras en México, así como a la deuda mexicana, todavía en grado de inversión, con probabilidad de que sea degradada en los siguientes 12 meses.

En la exposición a inversionistas, Joydeep Mukherji, el analista soberano para los países de América Latina, reiteró que además de la menor perspectiva de crecimiento de la economía para este año, la baja responde a la operación y eficiencia que no son temas nuevos, han estado ahí por un largo tiempo y se han vuelto más agudos ahora, al peso que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador da a la paraestatal y el límite que se puso al sector privado en el ámbito energético.

La deuda de Pemex no está garantizada formalmente por el soberano, dijo Mukherji, pero históricamente el soberano la apoya monetariamente. Lo hizo en administraciones pasadas, lo hizo en la administración de Enrique Peña Nieto y se está haciendo actualmente en los primeros tres meses de esta administración, recalcó.