Para su presentación en Ciudad de México la Orquesta Spanish Harlem pidió actuar en un teatro, no un salón de baile, contó su director Óscar Hernández. Se les concedió el deseo y la agrupación neoyorquina fundada hace 15 años debutó el pasado primero de marzo en el centenario Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

El recinto no se llenó, tal vez porque no es una orquesta que se conozca mucho en México, o no se les hizo suficiente publicidad. Sus grabaciones no se promueven en la radio, entonces lo que interpretan no resulta familiar. Es una lástima, porque pocas veces se puede disfrutar de un buen grupo de son cubano o salsa en un teatro.

Por lo mismo, el concierto comenzó lentamente, parecía no calentar al público, más allá de un conglomerado de espectadores ubicados en la parte central del teatro. Todo empezó a cambiar cuando los 13 integrantes de la orquesta tocaron un chachachá con una que otra referencia a números de Benny Moré: Qué sabrosas bailan las mexicanas (Bonito y sabroso) y Cinturita.

Siguieron varios temas incluidos en Anniversary, álbum que acaba de recibir un premio Grammy y con el que la orquesta festeja tres lustros de existencia: Como te quise, Somos uno (orquesta solo), el bolero Tres palabras, del cubano Osvaldo Farrés; Goza el ritmo, de Óscar Hernández, y Esa nena.

El disco también incluye un arreglo muy bien logrado de La media vuelta, de José Alfredo Jiménez. No es nuevo que un bolero ranchero reciba un arreglo guapachoso. Luis Ángel Silva Melón lo hizo a principios de los años 70 con Échame a mí la culpa, de José Ángel Espinoza Ferrusquilla. Otro regalo para el país fue un medley de México lindo y querido, Cielito lindo y La bikina.