Aunque en términos generales la iniciativa de creación de la Guardia Nacional (GN) incluyó diversos señalamientos hechos por organizaciones civiles, académicos y víctimas, todavía hay algunos resquicios por los cuales podría seguir aplicándose una visión militarizada de la seguridad pública, advirtieron colectivos de derechos humanos.

José Antonio Guevara, director ejecutivo de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, consideró que después de la euforia por haber evitado que se impusiera una GN con mando, formación y estructura castrenses, es necesario estar atentos para evitar que dicho modelo siga aplicándose de manera velada.

Un punto a seguir en este terreno, indicó, son los artículos cuarto y quinto transitorios de la iniciativa que dio lugar a la GN, pues en dichos apartados se abre la puerta a que los efectivos militares terminen participando en la nueva agrupación de seguridad.

De acuerdo con Guevara, ambas disposiciones son una manera subrepticia de permitir que en las tareas de seguridad pública no sólo estén incluidos elementos civiles y, por lo tanto, que las fuerzas armadas tengan actividad aunque el país no esté en guerra, lo cual violaría los artículos 21 y 129 de la Constitución Política de México.

Hay que estar muy vigilantes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador y las fuerzas armadas no quieran hacer su propia interpretación de esta reforma y se altere el espíritu de consenso sobre el carácter civil de la GN, porque no hay margen para entenderla de otra manera, enfatizó.

Por su parte, Juan Carlos Gutiérrez, director general de Idheas, asociación de litigio estratégico en derechos humanos, consideró que aunque la iniciativa aprobada en el Congreso deja claro que la GN no tendrá una estructura ni un mando castrense, este modelo podría seguir avanzando en los hechos en las policías estatales y municipales, cuyos jefes en muchas ocasiones son ex militares.

Ya se ha venido observando ese proceso de militarización de las policías. En muchos casos, sus directores son ex militares o ex marinos, y el modelo que se transmite es el de las fuerzas armadas, como ocurre en el caso del titular de Seguridad Pública de Morelos, el almirante José Antonio Ortiz Guarneros, o el ex jefe de la policía de Tijuana y Ciudad Juárez, el teniente coronel Julián Leyzaola.