Lo espeso de 2018 (rock anglo), 1ª parte
arde pero seguro, este espacio, cuya titular estuvo ausente tras dar a luz, ofrece su acostumbrada selección de discos del año previo, esperando comprensión por parte del caro lector, y que no haya problema, dada la vigencia de la música reseñada. En 2018, los guitarrazos estuvieron menos de moda, dada la fuerza del hip-hop como tendencia, pero no por ello dejaron de componerse necias y finas propuestas. Hoy, la primera parte de los mejores álbumes de rock anglo, a decir de la Ruta Sonora.
1. Beak>: >>> (Inglaterra). El trío comandado por Geoff Barrow (Portishead) potencia y evoluciona su usual krautrock tenebroso: voces desvaídas, sintetizadores diluidos, guitarras guangas y profusos paisajes hipnóticos, que igual fascinan y desconciertan. Un soundtrack futurista; una especie de techno borroso tanto vocal como instrumental. Único. Deslumbrante (tanto esta banda como Spiritualized, estarán mañana en el festival Nrmal).
2. Spiritualized: And nothing hurt (Inglaterra). Jason Pierce vuelve con una belleza de art-pop flotante que abreva de las melodías sesenteras folk hasta empatar con himnos épicos a lo Primal Scream: ensambles orquestales, guitarras acústicas y eléctricas, sintes, campanas, conjuntos corales. Una fuga cósmica-pastoral que equilibra quietud con estallido y psicodelia.
3. Low: Double Negative (Estados Unidos). El trío noventero de culto encabezado por Mimi Parker y Alan Sparhawks, remeda a un corazón que late en un mundo mecanizado: experimentales pero asequibles, crean un aparente desorden sonoro, electroacústico, entre teclados y voces etéreas que proyectan sosiego. Slow-core surreal, emocional, introspectivo, igual ruidista que cantábile. Harto contemporáneo.
4. Ty Segall: Freedom’s Goblin y Ty Segall con White Fence: Joy (EU). Empate entre dos álbumes editados por este prolífico californiano, uno solista, otro con Tim Presley (White Fence). El primero sigue su usual estallido psycho-garage, centrado en su extraordinaria forma de tocar la guitarra eléctrica, tanto stoner como funky, demoledora y groovie. El segundo, más experimental y desafiante, menos frenético, se inclina más por el mod-pop de Presley: psicodelia progresiva acústica, lo-fi pero poderosa.
5. Melody’s Echo Chamber: Bon Voyage (Francia). Delicioso traslado dimensional, onírico, surreal, el de esta cantautora, quien con voz suave y gritos tribales se dejó producir por los suecos de la gran banda psicodélica Dungen (Reine Fiske y Gustav Ejstes) y por Fredrik Swahn de The Amazing. De ascendencia lisérgica, arma su propio noise-pop mágico y forestal, de estructuras salvajes: clavicordios, flautas, cuerdas, guitarras tronantes, percusiones flotantes, sintes ochenteros.
6. HOLY: All these worlds are yours (Suecia). Fascinante periplo interestelar, donde el productor y multi-instrumentista Hannes Ferm pone en un solo plano melodías psicotrópicas de tiempos más hippies con ecos espaciales noventeros y algo d eart-pop actual: mellotrones afilados, exploraciones garage-pop y más reverberaciones kraut-cósmicas.
7. Paul McCartney: Egypt Station (Inglaterra). Imposible no rendirse ante tanta pasión: el ex Beatle podría retirarse, pero a sus 76 años sigue buscando ser creativo y romper aunque sea un poco consigo mismo. En un viaje de estilos, brinda un disco ecléctico de pop a la vez clásico y actual, alegre (contra la melancolía de discos recientes), melódico, lleno de energía, guitarroso, desbordado de amor por la música y la vida.
8. Idles: Joy as an act of resistance (Inglaterra). Genuinos sentimientos guerreros emanan del punk puesto al día de los de Bristol. Evaden riffs y clichés del género, para mediante una voz grave y furiosa (Joe Talbot), a veces post-rock y hardcore, anárquicos pero armónicos, con bajos disonantes y guitarras holgadas, reír de la hipocresía británica y contagiar destrucción explosiva, anti-patriarcal, empática con la clase trabajadora y los inmigrantes.
9. The Breeders: All Nerve (EU). Tras 10 años de no editar disco, las hermanas Deal, Kim (ex Pixies) y Kelley, retornan más maduras en composición: aun con su viejo estilo grunge, no se repiten ni emiten sólo riffs machacantes sino pasajes ambientales y texturosos, tanto oscuros y toscos como vulnerables. Sinceras y rudas, con Courtney Barnett en un tema, producidas por Steve Albini, vuelven triunfantes.
10. Courtney Barnett: Tell me how you really feel (Australia). Esta cantante y guitarrista, seguidora de la distorsión de los años 90, morrilla y carismática, pasa de lo jocoso de su exitoso debut, a temas igual de ácidos pero más intensos, existenciales, cuyo desenfado esconde una visión inconforme, sin pena de esconder su confusión y fragilidad.
Twitter: patipenaloza