Pese a que 2018 fue un año electoral y de incertidumbre por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el crédito bancario al sector privado aumentó su dinamismo al registrar un crecimiento de 6.7 por ciento.

Ese incremento fue superior al 6.4 por ciento promedio observado en 2017, informó el Grupo Financiero BBVA-Bancomer.

En tendencia inversa, el crédito al consumo bajó de 3.7 a 2.1 por ciento por la contracción del salario real en 2017, las elevadas tasas de interés y el menor ritmo de personal ocupado.

Al presentar su informe Situación banca México, explicó que el principal impulso provino del crédito a empresas.

En conferencia de prensa, Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA-Bancomer, explicó que las empresas mexicanas han modificado sus fuentes de financiamiento al reducir su endeudamiento en el extranjero para favorecer el crédito otorgado por la banca interna.

Aunque se ha observado un incremento en el ritmo de expansión del crédito bancario interno en moneda extranjera, esa exposición no representa un riesgo para el sistema bancario mexicano.

El crédito bancario en moneda nacional fue el principal motor de este crecimiento, pues se ha consolidado como la fuente de financiamiento empresarial más importante, con una participación de 37.2 por ciento y su tasa de crecimiento ha sido mayor que la del financiamiento bursátil y el externo, entre otros.

Acompañado por Francisco Javier Morales, Mariana A. Torán y Sirenia Vázquez, economistas especializados en el análisis del sector bancario, Carlos Serrano informó que, por otro lado, el crédito al consumo continuó desacelerando su ritmo de expansión. La evolución del salario real y el empleo se encuentran entre las principales factores que explican ese desempeño.

Aseguró que el recorte de los salarios en el sector público todavía no se refleja. Señaló que un mayor dinamismo de la actividad crediticia y el ahorro bancario tendría que estar acompañado por una mayor expansión de la actividad económica, que permita incrementar de manera sostenida el empleo formal y fortalecer los ingresos de hogares y empresas.

El crédito a las familias mostró un desempeño más moderado.

En 2018, el que se dedica a vivienda tuvo una tasa de crecimiento real promedio al año de 3.7 por ciento, ligeramente mayor a la del año anterior, cuando se ubicó en 3.5.

Las expectativas de los hogares sobre futuros aumentos de precios de las viviendas y del costo del crédito pudieron haber mejorado el crecimiento de este tipo de instrumento particularmente en la segunda mitad de 2018.