En entrevista con La Jornada, el director del montaje de Papá está en la Atlántida critica ‘‘al capitalismo, sistema depredador que socava la solidaridad y la empatía’’
Martes 19 de febrero de 2019, p. 6
Dos hermanos, cuya vida es un torbellino emocional debido al desarraigo, el abandono y la marginación, protagonizan Papá está en la Atlántida, puesta en escena que se presenta en el teatro Sergio Magaña.
Con dramaturgia de Javier Malpica y dirección de Esteban Castellanos, esa producción es auspiciada por Los Pinches Chamacos, compañía que opta por el mínimo uso de la escenografía para sustituirla con poesía e imaginación.
‘‘La obra tiene la intención de fomentar la reflexión, más aún, en estos tiempos en que la violencia ha desplazado todos nuestros principios éticos. Y no me refiero a la violencia generada sólo por el crimen organizado. A eso añado al capitalismo, sistema depredador que inserta necesidades en las personas y socava valores tan simples como la solidaridad y la empatía”, explica Esteban Castellanos en entrevista con La Jornada.
‘‘Es de extrema importancia–añade– revalorar el significado de la familia. Aunque esta iniciativa también habla de la migración. De las personas que a veces huyen por necesidad, para buscar a su familia o incluso su destino.”
La trama aborda la vida de dos hermanos que viven con su abuela. Al morir ésta son enviados con otros familiares al noroeste de México, pero no se adaptan a su nuevo entorno. Entonces reciben una carta de su padre y deciden buscarlo en Estados Unidos. Entre sus peripecias destaca cruzar la frontera por el desierto de Altar, en Sonora.
Esteban Castellanos (Ciudad de México, 1974) refiere que ese proyecto va dirigido en particular a los jóvenes, pues apela a su conciencia y los invita a tener un pensamiento crítico del entorno.
‘‘La obra tomó más de año y medio en consolidarse y se sigue alimentado con temas de actualidad. Uno de los desafíos más importantes es que actúo y dirijo, aunque la base de todo es el trabajo en equipo”, apunta el director. En la escenificación también participan Diego Martínez y Erick Israel Consuelo (actor recurrente); Alma Curiel se encarga de la producción ejecutiva.
‘‘La historia tiene tintes autobiográficos –prosigue Castellanos–, por lo que se volvió un asunto más personal. La obra es atemporal: podría estar sucediendo hoy o mañana. Los planteamientos más intensos son: ¿por qué no demostramos el amor en vida?, ¿por qué la muerte es determinante para arrepentirnos?”
Castellanos egresó de la carrera de literatura dramática y teatro en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, y hace 16 años fundó la compañía Los Pinches Chamacos.
Las funciones de Papá está... son los domingos a las 13 horas en el teatro Sergio Magaña (Sor Juana Inés de la Cruz 114, colonia Santa María La Ribera, estación San Cosme del Metro).
El costo general de la entrada es de 149 pesos; descuento de 50 por ciento a estudiantes de nivel básico, maestros, trabajadores de gobierno, personas con discapacidad o con credencial del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores. La temporada concluirá el domingo 31 de marzo.