Domingo 17 de febrero de 2019, p. 21
París. Miles de chalecos amarillos se manifestaron este sábado en París y organizaron concentraciones en otras partes de Francia, tres meses después del nacimiento de este movimiento de protesta social que persiste pese a perder paulatinamente apoyo de la opinión pública. La cadena BFMTV informó que van 23 detenidos.
El ministerio de Interior estimó en 41 mil 500 los manifestantes en todo el país, pero sólo 5 mil en París, el punto tradicional de las movilizaciones. Los manifestantes, en menor cantidad que la semana pasada, se congregaron en la plaza de l’Étoile para descender por la avenida de los Campos Elíseos, antes de proseguir hacia otras avenidas parisinas.
La concentración, fuertemente vigilada por las fuerzas del orden, se desarrolló en un ambiente tranquilo, pese a algunos silbidos, bengalas de humo y cánticos hostiles contra la policía y el presidente francés. ¡Emmanuel Macron, venimos a buscarte a tu casa!
, gritaron los inconformes.
Estancamiento
En otras ciudades hubo tensión, en particular en Burdeos, donde el movimiento de protesta aún está bien arraigado, ahí varias columnas con miles de manifestantes marcharon por los barrios acomodados de la ciudad proclamando muerte a los ricos
.
Los inconformes llegaron luego al centro histórico en donde se registraron enfrentamientos con la policía, según las autoridades fueron 5 mil los manifestantes en esta ciudad.
El sábado pasado 51 mil 400 manifestantes se movilizaron en el país, cifra que declina cada fin de semana, aunque los chalecos amarillos rechazan que el movimiento se esté debilitado, y sólo concede que hay un estancamiento
de sus fuerzas.
Este movimiento inédito, iniciado el 17 de noviembre y que se gestó en las redes sociales para protestar contra un nuevo impuesto al combustible, llamado ecológico
, se expandió por toda Francia y obligó al gobierno a tomar medidas sociales y lanzar un gran debate nacional.
Los chalecos amarillos fueron sumando múltiples reivindicaciones, que en la actualidad van desde una mejora del poder adquisitivo hasta una mayor justicia social y fiscal, pasando por una democracia más horizontal o la exigencia de referendos ciudadanos.