Libro de Juan Manuel Corrales Calvo
Domingo 17 de febrero de 2019, p. 3
El libro Hilos virreinales: los textiles en la vida cotidiana novohispana, del investigador y curador de arte colonial Juan Manuel Corrales Calvo, brinda una visión sobre los materiales, tipos de tejido y usos que permite comprender cómo eran las sociedades de esa época.
Corrales, quien hizo una investigación a lo largo de 19 años, abre un camino a otros especialistas, pues existen pocos escritos sobre textiles virreinales.
En casi 400 páginas, el autor explica cuáles eran las técnicas, los materiales, las formas de trabajo, los usos de estas piezas, la importancia del comercio y las vías de comunicación, así como un sinnúmero de factores que influyeron en la realización, producción y compra de tejidos.
El libro aborda el tema de las labores textiles, el telar horizontal de pesas, no el de cintura. Trato de investigar los textiles que se crearon para muchos usos de la vida cotidiana novohispana, como los terciopelos, los damascos y los brocados, con los que se hacían sábanas, manteles e indumentarias, incluso con los que se forraban medios de transporte como carruajes tirados por caballos
, explica a La Jornada el también gestor cultural.
Puebla, productor
Algunas de las tradiciones de la producción de textiles se han perdido, añade el autor. “Querétaro, Guanajuato, Puebla, Oaxaca y Ciudad de México fueron grandes centros de producción textil.
En la época virreinal, por ejemplo, los textiles poblanos eran tan o más famosos como la talavera, y es algo que desconocemos. Había una producción de textiles muy importante.
El investigador considera que a partir de la independencia, sobre todo con la revolución industrial, las producciones y los talleres comenzaron a cerrar y la demanda de tejidos que venían importados por las nuevas rutas comerciales eran más baratos que al ser producidos aquí; eso hizo que se fueran perdiendo un poco la tradición y la producción.
La investigación de las labores tejidas en la Nueva España está salpicada de limitaciones, aclara Corrales Calvo. “Por un lado, son pocos los documentos antiguos que se refieren a dichas producciones de manera concreta e informativa; por lo general, solamente se mencionan ciertos géneros de telas, sin determinar, en la mayoría de su casos, los tipos de hilos que los componían, las armaduras empleadas, cómo eran sus tramas y urdimbres, y cuál era su uso.
Resalta que en torno a la labor de los tejedores existían gremios auxiliares que intervenían en la preparación y adecuación de las materias primas requeridas para los telares, entre ellos destacan los de tintoreros e hiladores.
Grana cochinilla o caracol púrpura
En entrevista, el autor también comparte que el tinte novohispano más conocido es la grana cochinilla, que valía casi como metal precioso, sin embargo, los mayas usaban el caracol púrpura que se produce en distintos continentes, con la peculiaridad de que no mataban al molusco, sino que lo exprimían, obtenían el tinte y lo regresaban al mar.
El estudio de Corrales muestra que los tejidos dentro de las artes aplicadas, decorativas y suntuarias, desde tiempos inmemoriales han cumplido funciones prioritarias en la historia de los ancestros.
Dividido en capítulos que ayudan a comprender cómo funcionaban los gremios, los instrumentos que usaban los tejedores y qué materias primas utilizaban, así como cuáles eran los grupos de tintes, el autor incluye al final el primer diccionario sobre términos textiles barrocos novohispanos.
Para el investigador, en el mercado actual de obras de arte, los tejidos y textiles están adquiriendo cada día mayor importancia. La belleza y preciosismo de los materiales, los diseños y las técnicas, hacen de estas piezas obras únicas en su género. Como resultado de la investigación, el año pasado se exhibió Hilos virreinales: los textiles novohispanos en el Museo Internacional del Barroco, en Puebla.
El libro de Juan Manuel Corrales, publicado por Chapa Ediciones, se presenta el jueves a las 19 horas en la Universidad de las Américas Puebla Jenkins Graduate School (Paseo de la Reforma 180, piso 16, colonia Juárez, Ciudad de México).
