uando en mayo de 2015 arribaron enormes cantidades de sargazo al litoral de Quintana Roo, las instancias oficiales reconocieron que carecían de estrategia para enfrentar el problema. También los dueños de hoteles, prestadores de servicios turísticos, comerciantes y pescadores. Lo que sí se aseguró fue que la arribazón se debía al cambio de corrientes oceánicas, las tormentas más intensas y el aumento de la temperatura del mar por el calentamiento global. Ello daba por fruto el crecimiento más allá de lo normal de ciertas especies marinas, como el alga que forma el sargazo.
Ese año se retiró lo más posible el que arribó a la franja litoral del principal polo turístico del país. Dependencias gubernamentales anunciaron apoyos para investigaciones multidisciplinarias a fin de solucionar el problema con las técnicas más adecuadas. Nada se hizo y en marzo pasado llegó tal cantidad que se definió como desastre ecológico
. Para recogerlo se destinaron más de 260 millones de pesos. Se ignora en qué se gastaron. En tanto, el gobierno estatal dijo que el sargazo no afectaba al turismo mientras pedía, sin éxito, más de 600 millones de pesos a la Federación, para retirarlo de la franja costera. Además, establecer mallas de contención mar adentro, como lo hizo una empresa. No sirvieron.
Mientras, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se integró en agosto pasado un grupo de trabajo con especialistas de los institutos de Ingeniería, Geografía, Ecología, Biotecnología y de Ciencias del Mar y Limnología; del Centro de Ciencias de la Atmósfera y de las facultades de Química, Medicina y Economía, para aportar soluciones. Rafael Pacchiano, entonces titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), aprovechó la ocasión para explicar las propuestas del sector público y los empresarios hoteleros. Así concluyó el sexenio.
En los primeros días de este año comenzó la arribazón masiva de sargazo. La esperaban para abril y llegará en cantidades cada vez mayores según los estudios y las imágenes satelitales de la Universidad del Sur de Florida y la agencia espacial estadunidense. Esa arribazón sacó de su placidez a los funcionarios de la Cuarta Transformación. Como fruto, hace un mes se reunieron dos días en Playa del Carmen con expertos, hoteleros y representantes de empresas especializadas en el tratamiento del alga. Entre otras cosas se dijo que se buscará la cooperación de otros 19 países afectados por el fenómeno. En la reunión, que algunos asistentes calificaron de desangelada
, los hoteleros exigieron a las autoridades una solución definitiva pues, aseguraron, no existe aún la estrategia requerida. El presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos, Roberto Cintrón, dijo que ni siquiera se sabía con exactitud el origen del sargazo, lo cual es falso.
Cuatro días después de la reunión en Playa del Carmen, el gobierno federal estableció una comisión interinstitucional presidida por la Semarnat a fin de atender una situación de emergencia
, como la calificó el doctor José Sarukhán, Coordinador Nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Sarukhán añadió que se requiere la participación conjunta de los gobiernos, la academia, la ciencia y todos los sectores. El plan es detectar oportunamente las zonas o playas propensas al impacto de acumulación extrema de sargazo, identificar su trayectoria a fin de realizar acciones de contención y recolección desde el mar
. Igualmente mitigar su impacto en los ecosistemas, la remediación y el aprovechamiento sustentable
.
Cabe preguntar si de la nueva comisión hace parte el grupo de expertos establecido en la UNAM en agosto pasado. Si ya existen los recursos fiscales para los trabajos requeridos. En qué medida será el apoyo financiero y logístico de los empresarios hoteleros. Y cuál el mecanismo de coordinación entre dicho sector y la instancia federal, la estatal y la de los municipios costeros de Quintana Roo. Ojalá esta vez el sargazo no cubra las promesas oficiales.