Soberbia faena de Arturo Saldívar
Lunes 11 de febrero de 2019, p. a30
No, ya no fue la media entrada de las corridas de aniversario, pues en la corrida de la Oreja de Oro y última del serial no intervino ninguno de los toreros-marca a que las empresas redujeron la fiesta detoros de México. La tauromafia internacional no se anda con cuentos y de unas décadas para acá, las figuras importadas que triun-fan en la temporada considerada como grande de la Plaza México decidieron ignorar a la siempre hospitalaria con ellos Asociación Nacional de Matadores. Desde luego todo ha cambiado, incluida la decencia de las figuras mundiales de otros tiempos.
Afortunadamente en México quedan diestros nacionales que si todavía no son taquilleros es gracias a que el criterio empresarial no ha querido confrontarlos con oportunidad, en esa antigestión absurda pero reiterada de importar ases
en vez de producir, y poner a competir, a nuestros buenos toreros, entre otros a Arturo Saldívar y a Sergio Flores.
Junto con los mencionados hizo el paseíllo el franco-yucateco Michel Lagravere, que luego de siete años de alternativa logró confirmarla la tarde de ayer en el coso de Insurgentes. Sin suerte con su lote, regaló un bravo, noble y bello toro de San Mateo, con el que mostró lo poco toreado que está –cinco tardes el año pasado–, consiguiendo no obstante buenas tandas con la diestra y malogrando su labor con la espada. Arrastre lento se dio al astado.
De Arturo Saldívar puedo decir, salvo la encrespada opinión de los mexhincados, que se trata de uno de los mejores toreros del mundo, poseedor de una privilegiada cabeza torera capaz de hacerle fiestas a cualquier embestida, de plantarle cara y comprometer, con su encastada tauromaquia, a los que figuran, y de realizar ayer, con el serio y exigente Buen amigo del hierro de Arturo Gilio, una de las faenas más bellas y completas de la temporada. En los medios citó a la Pablo Herráiz, aventando la montera para provocar la embestida, dejando tres gaoneras como poste, revolera y brionesa, y con la muleta una cátedra de colocación, distancia, mando, temple y ligazón por ambos lados. De pronto, una dosantina ligada con un natural y el forzado de pecho, iluminó la tarde. Cobró un estoconazo y recibió una de las orejas más meritorias y bien ganadas de la orejera temporada. A su segundo, de Cieneguilla, le sacó soberbios naturales que parecían imposibles, y todavía regaló otro de Gilio, deslucido y tardo.
Y Sergio Flores, incontenible, realizó con el noble y emotivo Compadre, también de Gilio, una variada, intensa y estructurada faena por la que tras un pinchazo recibió otra oreja de primer mundo y el toro los honores del arrastre lento, para a la postre llevarse la Oreja de Oro en disputa. En México hay buenos toreros y toros bravos; los intereses de la tauromafia se niegan a aprovecharlos. Ya hablaremos de la tercera temporada de La Clonada.
Este reconocimiento se disputó en la Plaza México hasta 2011, dado que al año siguiente se generó una ruptura con el entonces empresario Rafael Herrerías. Se retomó su celebración en noviembre de 2015, bajo la gestión del propio Herrerías Olea. Con la actual empresa, Tauroplaza México, será la primera ocasión que se lleve a cabo dicha corrida. En cosos del interior del país se ha disputado el trofeo mayormente en Aguascalientes (de 2002 a 2018), durante la edición anual de la Feria de San Marcos, aunque también se ha montado esta clase de festejos en ciudades como Tijuana, Baja California.