Personajes y grupos en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) empiezan a mover sus piezas rumbo a la renovación de su dirigencia nacional. Algunos proponen abrir la consulta a los militantes y dejar atrás la designación cupular.

Hasta el momento, priístas de larga militancia han manifestado su intención de presidir este partido: Alejandro Moreno Cárdenas, gobernador de Campeche, y los ex mandatarios de Yucatán y Oaxaca, Ivonne Ortega y Ulises Ruiz.

La dirigencia interina, a cargo de Claudia Ruiz Massieu, no ha hecho pública una posición frente a quienes piden la emisión inmediata de la convocatoria del proceso interno.

La presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor deberá renovarse en agosto próximo.

Ortega y Ruiz se pronuncian por consulta abierta a la militancia como método de elección, mientras Moreno Cárdenas –quien está a la mitad de su periodo como gobernador– declaró el viernes que esperará a los tiempos que defina el partido.

La ex gobernadora comentó en entrevista que el objetivo central debe ser la reconciliación, sanar las heridas y, sobre todo, escuchar a la militancia, porque una imposición significaría condenar al PRI al fracaso.

Desde el año pasado, dijo, cuando manifesté mi intención de ser candidata presidencial, advertí acerca de la pérdida de rentabilidad electoral del partido, por lo que quienes lo dirigen actualmente deben entender la importancia de abrir el proceso y, por tanto, los efectos de imponer a alguien o usar dados cargados.

Por otro lado, dio la bienvenida al interés de varios de sus compañeros de partido por contender.

En cuanto a la intención de Moreno Cárdenas comentó: que mi amigo gobernador de Campeche desee también competir por la presidencia del partido muestra un PRI vivo, que requiere de un proceso abierto. Reconozco su interés, aunque no deja de ser sorpresivo porque apenas va a la mitad de su mandato.

En tanto, la corriente de opinión Movimiento Líder resolvió durante una mesa de la coordinación nacional, la importancia de la apertura y consulta a las bases.

Encarnación Alfaro, integrante de este grupo, opinó que la aspiración de Moreno no obedece a acuerdos de grupos internos sino a una decisión que enfrenta un principio ético y de responsabilidad política entre su legítima aspiración y la de cumplir a la sociedad que lo eligió por seis años.