Nueva York. Después de 11 semanas, 36 audiencias y la comparecencia de 57 testigos, el juicio de Joaquín El Chapo Guzmán Loera entró en su última fase con el inicio de argumentos finales de la fiscalía y la defensa este miércoles y jueves, y culminará con la entrega del destino del acusado a las manos del jurado.

Luego de sólo 30 minutos, Jeffrey Lichtman, uno de los tres integrantes del equipo de abogados del Chapo, declaró este martes: La defensa descansa. Los litigantes citaron a un solo testigo en su turno para presentar su caso –un agente especial de la FBI, a quien se le preguntó sobre su informe de un interrogatorio a Jorge Cifuentes, narcotraficante colombiano socio del cártel de Sinaloa y uno de los testigos cooperantes de la fiscalía.

Al parecer, el punto era resaltar que Cifuentes declaró que un agente de inteligencia naval estadunidense le había mostrado información confidencial sobre el narcotraficante, y que esto apoya una parte de la narrativa de la defensa de que las autoridades estadunidenses buscaban con sus contrapartes en México inculpar al Chapo para sus propios fines, inflando su poder y nutriendo el mito de que es uno de los hombres más peligrosos del mundo.

Poco después, la defensa presentó otro documento legal, y con ello concluyó su caso. No es inusual que en ciertos casos abogados defensores opten por minimizar el número de testigos y evidencias que presentan, y en su lugar sólo buscar sembrar dudas sobre los testigos, sus declaraciones y las pruebas presentados por la fiscalía. Bajo la ley, esta última está obligada a establecer más allá de la duda razonable la culpabilidad de un acusado.

El juez federal Brian Cogan inició los preparativos para que la fiscalía comience su largo argumento de resumen ante el jurado del caso integrado por 10 cargos de narcotráfico contra el que afirma es un máximo líder del cártel de Sinaloa. El acusado enfrenta una posible sentencia de hasta cadena perpetua.

Una vez más, sin el jurado presente, la defensa debatió con el juez y la fiscalía sobre su deseo de incluir en sus argumentos finales referencias a que Ismael El Mayo Zambada y altos funcionarios mexicanos, incluyendo ex presidentes, habían conspirado para inculpar al Chapo. El juez determinó, como lo ha hecho desde el inicio, que limitará tales argumentos no sólo por falta de evidencia sino porque no los considera directamente relevantes en los cargos formulados contra El Chapo en este juicio

La defensa tendrá su turno para presentar sus argumentos de conclusión, lo cual será seguido por una amplia presentación de instrucciones a los 12 integrantes del jurado y seis alternos.

La llegada a su fase final de este proceso que inició en noviembre del año pasado fue bienvenida por muchos, sobre todo periodistas que se han dedicado a cubrir cada pa-so del juicio, así como los fiscales, abogados defensores y los agentes de seguridad asignados al caso.

Pero para los narco-turistas, o chapo-turistas que han llegado desde el inicio para competir con periodistas por los muy limitados espacios disponibles en la galería del tribunal –los juicios son públicos en Estados Unidos y, más allá de unos asientos para la fiscalía y la defensa, no hay lugares reservados– la noticia de que ya no podrán llegar para echarle un ojo al famoso dejará a muchos decepcionados.

De consolación podrán seguir viendo versiones semificticias o semirreales en las series que El Chapo y otros como él siguen inspirando.