Washington. Roger Stone, antiguo asesor del presidente estadunidense, Donald Trump, se declaró este martes no culpable de una acusación surgida de la pesquisa sobre la colusión del equipo de campaña del mandatario con Rusia para las elecciones de 2016. Stone, de 66 años, es acusado de mentir al Congreso, de intimidar a testigos y de obstrucción de la justicia respecto de sus contactos con Wikileaks, cuya publicación de comunicaciones del equipo de campaña de la demócrata Hillary Clinton impulsó la candidatura de Trump.

Stone no hizo declaraciones públicas al llegar a la audiencia y saludó a algunos partidarios que se congregaron afuera del tribunal para expresar su respaldo. No hizo caso a otro grupo de manifestantes que gritaba: que lo encierren y sucio traidor.

Stone fue arrestado el pasado viernes en su domicilio en Florida. Compareció en la corte de Washington en medio de nuevas señales del final de partida del fiscal especial Robert Mueller. El secretario de Justicia interino, Matthew Whitaker, indicó el lunes que la investigación está a punto de ser completada, aunque no dio una fecha específica.

El interés de Mueller en tomar declaración a Andrew Miller, colaborador de Stone que ha apelado una orden de comparecencia ante un jurado investigador, indica que el fiscal podría formular cargos adicionales contra Stone u otros implicados en la difusión en el sitio Wikileaks de material pirateado durante la elección de 2016.

Stone es el sexto colaborador de Trump acusado por Mueller. No se le señala de coordinar con Rusia o Wikileaks sobre la filtración y difusión de correos electrónicos demócratas pirateados, pero sí se alega que mintió a los legisladores acerca de su búsqueda de esos mensajes y su interés en ellos.

Wikileaks difundió los correos semanas antes de la elección presidencial de 2016. El gobierno estadunidense dice que fueron robados a los demócratas por agentes rusos.

Stone, quien acusa a la Oficina Federal de Investigaciones de arrestarlo con tácticas de la Gestapo, dijo que sólo ejerció su derecho a la libre expresión, con el fin de generar interés entre los votantes sobre las revelaciones de Wikileaks, pero que nunca habló del asunto con Trump.