Washington. La confianza del consumidor en Estados Unidos cayó este mes a un mínimo de año y medio, debido al cierre parcial del gobierno y a la agitación de los mercados financieros, lo cual puso nerviosos a los habitantes por las perspectivas de la economía en el corto plazo, informó ayer Conference Board.

La lectura del índice de confianza del consumidor para enero marcó 120.2 puntos, es decir, 6.4 menos respecto de diciembre, cuando fue de 126.6, lo cual significó el registro más bajo desde julio de 2017 y su tercera caída mensual consecutiva.

El cierre del gobierno –el más largo en la historia de Estados Unidos– terminó el viernes pasado, cuando el presidente Donald Trump y el Congreso acordaron fondos gubernamentales temporales, pero los consumidores quedaron pesimistas sobre el corto plazo, así como por la volatilidad de los mercados financieros, explicó el grupo.

“La caída de este mes tiene más que ver con un shock temporal que con ser la anticipación de una ralentización significativa en los meses próximos”, señaló la directora de Indicadores Económicos de Conference Board, Lynn Franco.

Si bien esa caída de la confianza sigue la línea de otra encuesta de principios de mes, que mostró el ánimo más bajo desde que el presidente Donald Trump fue electo –hace más de dos años–, fortaleció las expectativas de los analistas de que la economía está perdiendo impulso.

No hay forma de que el pronóstico del equipo de economía de Trump, de un crecimiento de 3 por ciento, sea exacto este año si la confianza de los consumidores no se enciende un poco, manifestó Chris Rupkey, economista en jefe de MUFG en Nueva York.

Por otro lado, el optimismo a corto plazo de los encuestados ha sido más bajo en enero, ya que el porcentaje de consumidores que estima que las condiciones de negocio mejorarán en los próximos seis meses descendió a 18.1 por ciento de 16 por ciento del mes anterior.