Jornada Mundial de la Juventud
Se espera que el pontífice aborde los temas de migración y los escándalos sobre abusos sexuales cometidos por sacerdotes
Jueves 24 de enero de 2019, p. 31
Panamá. El papa Francisco llegó este miércoles a Panamá en una visita de cinco días para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en la que se espera aluda a la peor ola migratoria jamás registrada en América Latina por crisis políticas y económicas, y en medio de los escándalos que han sacudido a la Iglesia católica derivados de denuncias de abusos sexuales de sacerdotes a menores.
Apenas descendió del avión, Jorge Mario Bergoglio saludó al presidente anfitrión, Juan Carlos Valera, y tomó un primer auto rumbo a la nunciatura.
Un joven, con una bandera de Venezuela entre las manos, evadió el cordón de seguridad y corrió hacia el costado derecho del vehículo, obligando al conductor a desviarse por unos segundos.
A lo largo de su recorrido de 29 kilómetros hasta la nunciatura, gran parte de los cuales los cubrió en el papamóvil, un Francisco siempre sonriente se salió del libreto para acercarse a la multitud.
Francisco, hijo de migrantes italianos, espera traer un mensaje de alivio a la juventud forzada a huir de sus países de origen. Antes de tomar su vuelo, se reunió con ocho jóvenes refugiados.
Es el miedo lo que nos vuelve locos
, comentó el papa Francisco, al responder a un periodista que calificó de locura
la promesa de Donald Trump de construir un muro en la frontera con México.
El tema de la migración es uno de los más destacados del Papa argentino que proviene de un país de migrantes, como su propio padre de nacimiento italiano
, refirió Andrew Chesnut, profesor de estudios religiosos en la Virginia Commonwealth University.
“Por un lado, el Papa hará eco de las denuncias sobre la situación de injusticia hechas por los obispos centroamericanos –pobreza, corrupción, narcoviolencia, feminicidio. Por otro, hará un llamado profético para los gobiernos, sobre todo de Estados Unidos y México, para que reciban a los migrantes centroamericanos con respeto y dignidad”, agregó.
Es el primer viaje de Jorge Bergoglio a un país de América Central desde su elección en marzo de 2013, pero antes realizó varias giras a otras naciones latinoamericanas como Bolivia, Paraguay, Chile y Ecuador.
Hondureños, guatemaltecos, salvadoreños, nicaragüenses y venezolanos traspasan fronteras a diario en busca de oportunidades. Desde Centroamérica, multitudinarias caravanas que huyen de la violencia de pandillas y los conflictos políticos se dirigen hacia Estados Unidos.
El martes el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, llamó la atención sobre la nula respuesta
de los gobiernos frente a los problemas sociales que involucran a los jóvenes: Los lanzan a cifrar sus esperanzas en otros países, exponiéndoles al narcotráfico, la trata humana, la delincuencia y tantos otros males
.
Por eso, anhelamos
que esta visita sea un bálsamo
, expresó Ulloa ante la multitud en el Campo Santa María la Antigua del paseo marítimo de la ciudad de Panamá.
Pero el mensaje de alivio no será exclusivamente para los jóvenes, sino también para la propia Iglesia.
Francisco regresa a América Latina un año después de su visita a Chile, ensombrecida por protestas y escándalos sobre abusos sexuales de curas a menores y su encubrimiento por la cúpula eclesiástica.
El tema genera mucha atención en la Iglesia
, recalcó el director de prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti, aunque aseguró que el Papa no tiene programado un encuentro con víctimas
de abusos en el istmo.
Durante su estadía, el papa Francisco visitará un centro de detención juvenil y tiene previsto un encuentro con enfermos de sida en un centro de asistencia.
Asimismo, prevé reunir a unos 70 obispos de Centroamérica.
Al menos siete presidentes acudirían el domingo a la última misa del papa en la Jornada Mundial de la Juventud: Jimmy Morales (Guatemala), Juan Orlando Hernández (Honduras), Salvador Sánchez Cerén (El Salvador), Carlos Alvarado (Costa Rica), Iván Duque (Colombia) y Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal), además del anfitrión, Juan Carlos Varela.
La misa final se realizará en las afueras de la capital panameña, donde se ha levantado una gigantesca tarima para que a lo largo de casi tres kilómetros los asistentes puedan seguir la intervención del pontífice.
Un gigantesco mural contra la xenofobia y el racismo, en forma de vitral, decorará el altar.
Es la segunda vez que un Papa visita Panamá, desde el viaje que hizo Juan Pablo II a territorio del país canalero en 1983 en el contexto de su primera gira por América Central.