La atención que recibieron en la frontera sur los integrantes de la caravana que recientemente cruzó a territorio nacional contrasta, de manera positiva, con el trato otorgado en el sexenio pasado al éxodo migrante, señaló Rita Robles Domínguez, investigadora del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdoba, con sede en Tapachula, Chiapas.

Sin embargo, dijo, es necesario que las entidades del centro y norte del país no abandonen a estas personas que se dirigen a la frontera con Estados Unidos, pues son vulnerables al crimen organizado.

En entrevista, relató que cuando la nueva caravana comenzó a llegar al país esperábamos a la Policía Federal, el Ejército, helicópteros y gases lacrimógenos; un escenario parecido al que tuvimos en octubre, cuando arribó el primer éxodo. Ahora fue distinto: nos encontramos con un desplegado de jóvenes universitarios que estaban dando la bienvenida, con toda una logística de registro para tratar de resolver la parte administrativa.

Si bien este es un paso en la dirección correcta, aún faltan detalles que atender, como ofrecer más y mejor información sobre el asilo en el país, consideró.

Asimismo, destacó que a partir de la tarea de observación en la frontera sur nos dimos cuenta de que se privilegia el trámite de visas por razones humanitarias y no dan la debida atención al refugio. Indicó que en los primeros días de arribo de este nuevo flujo migratorio, no había espacios suficientes espacios de confianza para que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados proporcionara la información.