Xalapa, Ver., Mujeres indígenas de la sierra de Zongolica pidieron a empresarios y autoridades un lugar seguro para comercializar las prendas de vestir que tejen con lana de borrego. Vendemos, pero no a cada rato, no diario, sólo cada dos o tres meses, cuando nos invitan a algún evento, dijo una de ellas.

Las artesanas aseguraron disfrutar su labor, pero la inseguridad y el desprecio de los jóvenes a su trabajo les dificultan las ventas, que son mejores lejos de sus hogares.

En la sierra de Zongolica, en el centro de Veracruz, mujeres elaboran ropa con telares de cintura y tinturas hechas a base de plantas silvestres. Leonor Sánchez Colohua, que teje prendas desde hace 48 años, dijo que hay ganancias, pero muy lentas. Y se necesita tener dinero rápido para mantener a la familia.

Originaria del barrio de San Pedro Tepepa, municipio de Tlaquilpa, Leonor narró que esta actividad es un oficio para las mujeres mayores, para las abuelitas, porque las jóvenes no quieren aprender.

Leonor, viuda de 64 años de edad, recordó que su madre le enseñó a tejer a los ocho años de edad. Acotó que hace 36 años teníamos un grupo de 35 tejedoras; con el tiempo comenzaron a salirse. Hoy apenas hay nueve y son abuelitas. Destacó que tejen jorongos, bufandas, bolsas, rebozos, cobijas matrimoniales y hasta juguetes con figuras de animalitos.

Sixta Cuaquehua Tzanahua, del barrio de San Pedro Tepepa, municipio de Tlaquilpa, sostuvo que con la venta de ropa ayuda a sus dos nietos a concluir sus estudios. A ella la comercialización de sus textiles le permitió salir de su comunidad, aprender español y conocer Orizaba y la Ciudad de México.

Cuaquehua estableció una ruta a la capital del país para vender sus productos. Ya conozco varios lugares. En Chapingo (municipio de Texcoco, estado de México) se vende bien. Si no vendiste un día, al otro día vendes. Nunca regresamos sin vender algo.

Dada su habilidad con los hilos y el telar, unas amigas me apoyan para que vaya a la Ciudad de México y dé talleres. Llevo hilo pintado y con otra compañera damos cursos para que aprendan a tejer. Lo que ganamos lo dividimos.

Destacó que en su pueblo pasan momentos difíciles. La inseguridad y la violencia golpean la zona centro de Veracruz. Cuando salimos a vender lo único que le pido a Dios es que nos cuide, porque no tenemos dinero. Lo poco que juntamos es para nuestra familia.

Desaparece vendedor

Al menos cinco comerciantes han sido asaltados en Tlaquilpa este año. A algunos los han secuestrado por 15 días, pero hay uno que está desaparecido. Fue a comprar ropa, llegó su casa y de ahí lo sacaron. El coche lo encontraron abandonado, refirió.

María Concepción Mayahua Temoxtle, de Barrio Primero, municipio de Mixtla de Altamirano, explicó que trabaja con el telar de cintura para conservar una tradición que le enseñó su madre. Le gusta tejer estrellas, peines y piñas en las prendas que diseña, pero a los jóvenes de su comunidad no les gustan las prendas tejidas. pero en la ciudad sí les gustan.