El Gobierno de la Ciudad de México relanzó el programa de desarme voluntario, al cual destinará 20 millones de pesos, y espera recolectar 5 mil armas de fuego este año.

Con un nuevo nombre, Sí al desarme, sí a la paz, el esquema es prácticamente el mismo que se venía implementado años atrás y se entregarán hasta 18 mil pesos a quienes entreguen las armas en los puntos de canje que se instalarán en atrios de iglesias.

El programa arrancó ayer en la Basílica de Guadalupe, donde la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, detalló la política que implementará su administración para prevenir que los jóvenes caigan en la delincuencia.

Como parte de esta estrategia, personal de la Secretaría de Gobierno, el Instituto de la Juventud y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia realizaron visitas domiciliarias para promover el canje haciendo hincapié en el riesgo que significa tener un arma, así como hacer un llamado a la no violencia.

El módulo en la Basílica de Guadalupe permanecerá hasta el primero de febrero en un horario de 10 a 14 horas, y de acuerdo con el tabulador fijado, quien entregue una ametralladora recibirá 18 mil pesos; 16 mil por fusiles de asalto AK47 y R15, entre otros; 14 mil 400 por subametralladoras, 12 mil por pistolas five seven, así como 8 mil 400 pesos por armas cortas y rifles.

En el intercambio se mantendrá el anonimato de quien acuda voluntariamente a los módulos a entregar las armas, las cuales serán custodiadas y destruidas por la Secretaría de la Defensa Nacional.

En ese acto, Sheinbaum Pardo manifestó que el propósito de este programa es contribuir a promover la cultura de la no violencia entre los capitalinos, y destacó que la violencia debe combatirse con acceso a derechos y con mejores oportunidades para mejorar la calidad de vida de la población.

Dio a conocer una serie de acciones para alejar a los jóvenes de la delincuencia, como la construcción de centros comunitarios denominados Puntos de Innovación, Libertad, Arte y Saberes, las pláticas por la paz que cada lunes ofrece a estudiantes de secundaria, así como la estrategia de atención a adolescentes que por una razón u otra han delinquido.

La secretaria de Gobierno, Rosa Icela Rodríguez, manifestó que las armas de fuego no son juguetes, sino que representan una amenaza a la vida y a la tranquilidad, e insistió en que quienes acudan a los centros de canje pueden tener la seguridad de que no habrá investigación sobre el origen de las armas y que su identidad estará protegida.

El jefe de la policía, Jesús Orta Martínez, planteó la necesidad de mejorar los controles para evitar el ingreso de armas al país, que hoy día, dijo, se pueden conseguir hasta en tianguis, pues por la frontera norte ingresan a México 144 mil armas de todos los calibres.