Lineamientos o criterios sencillos, y no reglas de operación, se establecerán para el programa Tandas para el Bienestar, destinado sólo a dueños de pequeños comercios y talleres, así como a negocios de servicios y del sector de la transformación, aseveró Rocío Mejía, coordinadora nacional del programa, adscrito a la Secretaría de Economía (SE). Aclaró que éste no incluye negocios del sector minero ni agropecuario para los que hay otras iniciativas, pero sí atenderá a indígenas que producen artesanías y también a pequeños productores de conservas, miel, café o rompope.

Es uno de los 25 programas prioritarios del gobierno federal para quienes nunca han accedido a un crédito, ni siquiera en cooperativas, cajas de ahorro o microfinancieras por carecer de aval, algún documento o garantía y que viven en localidades de más de 15 mil habitantes, de alta y muy alta marginación y pobreza, sostuvo la funcionaria en entrevista con La Jornada.

Generaremos sinergias con cooperativas y microfinancieras, sobre todo porque el programa llegará a la base de la pirámide poblacional que nadie ha atendido. Tampoco se duplica con otros programas oficiales que han existido, como el Pronafim de la misma SE que entrega créditos por conducto de microfinancieras, pues la gran diferencia en este gobierno es entregar los recursos de manera directa, ponderó.

“Nosotros vamos a graduar a esos microempresarios; una vez que paguen la primera, segunda y tercera tandas, entonces, ya graduados y más organizados –con cursos de educación financiera–, puedan ser sujetos de un crédito con una cooperativa o microfinanciera. Subirán de nivel para que esas instituciones los atiendan, por eso vamos a estar en comunicación con ellas”, explicó.