Con la convicción de que la lucha zapatista representa un gran ejemplo de resistencia, dignidad, congruencia y creatividad política, decenas de intelectuales, académicos y activistas de diversas naciones firmaron una carta pública de solidaridad con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), donde además rechazan la actual campaña de desinformación, mentiras y calumnias dirigidas contra el zapatismo y denuncian de antemano cualquier agresión que pudiera realizarse contra las comunidades de esa organización.

Esa manifestación de repudio a cualquier ataque contra los integrantes del EZLN la hacen patente, sea directamente por parte del Estado mexicano o por medio de organizaciones o grupos “civiles’’ armados o no armados, y responsabilizan al gobierno mexicano de cualquier agresión que pueda surgir en el contexto de la realización de los megaproyectos que impulse la nueva administración federal.

Los firmantes del documento dicen compartir también el rechazo total expresado por el EZLN frente a los grandes proyectos que afectan gravemente los territorios autónomos y las formas de vida de los pueblos.

Exponen, además, su preocupación por el estado actual de las comunidades zapatistas y los pueblos indígenas de México, “al ser atacados sus territorios y comunidades por proyectos mineros, turísticos agroindustriales, de infraestructura, etcétera, como han denunciado el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Concejo Indígena de Gobierno (CIG)’’.

Asimismo, expresan alarma por las megaobras impulsadas por el nuevo gobierno mexicano, como el Corredor Transístmico, el millón de hectáreas de árboles frutales y maderables, y el llamado Tren Maya; este último recientemente denunciado por el comandante Moisés, vocero del EZLN, como una humillación y una provocación, porque afecta gravemente los territorios de los pueblos mayas que habitan en el sureste mexicano.

Lo identifican como de efectos ambientales devastadores y muestran preocupación por la premura para dar inicio a su construcción, encubriendo las obras con un seudorritual a la Madre Tierra. Nos indigna que de esta manera se prepare un ataque más contra los territorios zapatistas y que se hayan ninguneado los derechos de los pueblos originarios, evadiendo la obligatoriedad de la consulta real, previa, libre e informada, como establecen el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de la ONU sobre los pueblos originarios.

Piden entonces a la gente de buen corazón superar el actual estado de desinformación sobre la experiencia zapatista y sobre los grandes proyectos anunciados por el nuevo gobierno, y estar atentos frente al riesgo de agresiones contra las comunidades zapatistas y los pueblos originarios de México.

Como otros de los numerosos firmantes de esta carta, figuran nombres de la talla del escritor y académico Pablo González Casanova, el sociólogo Immanuel Wallerstein, el escritor uruguayo Raúl Zibechi, el periodista francés Ignacio Ramonet, el filósofo italiano Toni Negri, el líder sindical de trabajadores fronterizos Carlos Marentes, la cineasta Bertha Navarro, las actrices Ofelia Medina y Julieta Egurrola, los escritores Juan Villoro y Elmer Mendoza, y el antropólogo Claudio Lomnitz.

El texto íntegro de la carta