Nueva York. Al comenzar la novena semana del juicio en contra de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, el testigo Alex Cifuentes, ex mano derecha del acusado, declaró que además de traficar toneladas de droga y dirigir a cientos de empleados en varios países, el líder del cártel de Sinaloa se daba tiempo para trabajar en un libro de memorias y una película autobiográfica. También ordenó matar a Christian Rodríguez, quien durante años fue ingeniero de comunicaciones del grupo delictivo.

Cifuentes, narcotraficante colombiano que colabora con el gobierno de Estados Unidos, relató que la orden –que no se cumplió– se dio en 2012, cuando El Chapo se enteró de que Rodríguez trabajaba para las autoridades estadunidenses. De hecho, así lograron capturar a Jorge (hermano de Alex).

Rodríguez ayudó a instalar un sistema de localización en el celular de Jorge, además de entregar a Estados Unidos valiosas llamadas y mensajes de texto realizados por Guzmán y sus socios.

Aunque El Chapo no es juzgado por asesinato, la fiscalía no pierde oportunidad en presentarlo como un tipo violento y vengativo capaz de todo para proteger su negocio.

Cifuentes vivió y trabajó codo a codo de 2007 a 2009 en las montañas de Sinaloa con El Chapo Guzmán, quien está acusado de traficar a Estados Unidos más de 155 toneladas de drogas, por lo cual puede ser sentenciado a cadena perpetua.

El testigo contó que cuando el capo mexicano se enteró de que su jefe de comunicaciones, Rodríguez, colaboraba con la FBI, le pidió que lo buscara y lo matara, pero logró escapar en 2013 a Estados Unidos y testificó en el juicio contra Guzmán Loera la semana pasada.

Alex Cifuentes también reveló que con El Chapo planificaron el asesinato de Juan Bonito, esposo de una de sus sobrinas que movía dinero para ellos, pero sospechaban que también era un informante.

–¿Cuál fue el rol del acusado? –preguntó la fiscal.

–Me dijo que él pondría 50 mil dólares para que lo mataran –respondió Cifuentes.

El testigo y El Chapo también hicieron planes juntos para matar a Jaime Alberto, un sobrino de Cifuentes que trabajaba con ellos en el negocio de la droga: Se robó una cocaína y trató de secuestrar a mi mamá, justificó el testigo.

También a Memín, un empleado mexicano que le robó dinero para comprarse en Honduras un Mercedes Benz a escondidas; El Chapo ordenó darle una paliza que lo dejó enyesado de pies y manos.

Sobre la película autobiográfica, el testigo declaró que la idea fue de Angie, la primera esposa de Cifuentes. Ella le dijo a El Chapo que él mismo debía hacer la película y embolsarse el dinero del eventual éxito de taquilla en vez de regalar la oportunidad a un gran estudio cinematográfico. Él sería el director y también contrató a un productor colombiano llamado Javier Rey para que le ayudara con el guión. Tanto Guzmán Loera como sus familiares le dieron información.

Tras el arresto de Cifuentes en noviembre de 2013, un borrador fue entregado a un sobrino de El Chapo, Jimmy, hijo de su hermano Iván, y otro fue enviado a los abogados de Joaquín, dijo el testigo.

Por otra parte, el jurado también escuchó que Guzmán buscaba una pista de aterrizaje en República Dominicana para empezar a llevar droga desde Venezuela a México. La palabra que usaba el cártel para referirse a Venezuela era loco, debido –dijo Cifuentes– a El Loco Chávez, Hugo Chávez.

Se espera que este martes Cifuentes prosiga con su testimonio.