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Combatir el ingreso de teléfonos celulares en cárceles federales, reto: Garduño Yáñez
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de enero de 2019, p. 9

Combatir el ingreso de teléfonos celulares en penales federales, la corrupción, el uso de la tecnología, humanizar el sistema penitenciario y una auditoría para detectar si hubo desvío de recursos en el gobierno anterior porque donde quiera hay, le escarba uno y aparece, son los principales retos para la reciente administración en la revisión del sistema carcelario.

Francisco Garduño Yáñez, comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, hace un diagnóstico y reconoce que con todo y tecnología para impedirlo, hay teléfonos celulares en manos de los reos en las prisiones federales, por lo que enfrentan una lucha de tecnología con los internos que buscan estar comunicados con el exterior.

Hay microteléfonos chinos que pasan por los familiares, pero también hay custodios implicados; por eso, una de las medidas del gobierno es combatir la corrupción y que sepan los guardias que hay penas más graves a quien se sorprenda.

Garduño Yáñez sostiene que la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán del penal de máxima seguridad del Altiplano fue lo más trascendente que impactó a los sistemas de justicia y penitenciario; desde entonces, se apostó por más tecnología en la vigilancia, pero aún hay debilidades.

Hay que estar muy pendientes, es una lucha de tecnologías. Tenemos bloqueadores de señal, pero si elevamos el nivel se afecta a terceros; tenemos que evitar que pasen los celulares, pero los familiares o bien el personal se prestan a eso. Hacemos operativos sin aviso previo para revisión, es una lucha permanente.

Explica que los familiares, sobre todo las mujeres, pasan los teléfonos en diferentes partes del cuerpo, pues aprovechan que es delicado revisarlas, por ejemplo, hay mujeres que las obliga el interno a que le pase droga y lo hacen en aretes, pulseras dobles, vagina, ano.

La celda en la que se cavó el túnel para la fuga de Guzmán Loera, comenta, ya está habilitada y la ocupa otro interno, porque dejarla para la historia es un agravio para el sistema penitenciario, afirma.

“Si sabes que hay un roedor en su casa y que hay un hoyo, sabes que va a ser rey en ese territorio; si sabes que El señor de los cielos domina el cielo, hay que evitar los ríos en el cielo. Si sabes que un interno domina el subsuelo, hay que estar atentos al subsuelo. Uno tapa el pozo cuando ya se ahogó el niño.”

Otra forma de ingresarlos es que los abogados la hacen de carteros, es decir, llevan los recados al exterior, pero tienen derecho a la defensa; por eso, se enfocarán más en las tecnologías, en emplear caninos y con el bloqueo de señal.

Sobre los señalamientos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) relacionados con la mala calidad de alimentos y falta de medicamentos, el funcionario sostiene que las personas privadas de su libertad piensan en cómo retar a la autoridad y con enfermedades sicosomáticas intentan que los lleven al consultorio para salir de la rutina. Dicen que les duele la cabeza, el hombro, todo, pero no les dolía cuando tenían privada de la libertad a un menor de edad y le cortaban el dedo, advierte.

Los ejes para mejorar el sistema penitenciario también se enfocan en respetar los derechos humanos, gobernabilidad con dignidad, con transparencia, paz y reconciliación nacional y la reinserción.

Adelanta que podrían suscribir convenios con el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México para que los asistan con una bolsa de trabajo con médicos egresados, pues muchos salen y no encuentran trabajo. Aquí hay trabajo y podemos darles condiciones dignas a fin de que estén ateniendo las patologías, en eso reside la humanización.

Sobre las prisiones estatales, explica que buscarán efectuar una conferencia nacional penitenciaria para retomar y plantear políticas públicas, y que los estados se certifiquen con normas internacionales, como los penales federales que están avalados por la Asociación Americana de Correccionales.